El gobernante venezolano, que llegó tarde a la cita de la Cumbre Mundial por problemas de los visados estadounidenses en su delegación, mostró sus dotes retóricas para arremeter contra la ONU y, como no, contra EEUU, país al que considera el instigador del fallido intento de golpe de Estado que le desplazó durante 48 horas de la Presidencia en abril de 2002.

Su alocución del jueves en la Cumbre Mundial de la ONU arrancó más aplausos que cualquier otro líder mundial, pese al tono vehemente y sarcástico que utilizó en su oratoria, muy distinto del lenguaje diplomático con que habitualmente se toma la palabra en la tribuna de las Naciones Unidas.

El mismo Chávez atribuyó el éxito de su ponencia a que hizo abrir los ojos a muchos jefes de Estado y de Gobierno de países a quienes, a su juicio, se les impuso de "forma dictatorial" el documento de la reforma de la organización, que fue consensuado sin votación, al final de la cumbre, pero con la reserva de su país.

Hasta el último momento, Venezuela dejó en vilo a los participantes en la cumbre mundial, tras amenazar que podía pedir someter a votación el texto, como permite el reglamento de la ONU, por lo que había el riesgo de que no fuera adoptado.

"Somos humildes, y lo que hacemos es lanzar nuestra voz para la reflexión, pero no podemos aceptar dictaduras mundiales, por ser muy peligroso para el mundo", subrayó.

Chávez criticó fuertemente a la ONU por considerar que es "contrario a la democracia", que la mano de cinco países -en referencia a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad: EEUU, el Reino Unido, Francia, Rusia y China-, sirvan para "tumbar cualquier decisión" que se tome en el organismo.

Para Chávez, es el momento de "refundar las Naciones Unidas", y propuso que la organización mundial traslade su sede a un país del Sur.

Las acusaciones contra Washington también fueron sonadas, especialmente porque no sólo acusó a EEUU de "terrorismo de Estado", sino de planear una invasión de Venezuela.

Chávez advirtió al Gobierno de EEUU de que en caso que se le ocurra cometer esa "imprudencia", deberá olvidarse de recibir los 1,6 millones de barriles de petróleo que Venezuela le exporta diariamente.

Chávez ha provocado que los funcionarios de la ONU se congregaran, como si se tratara de un club de admiradores en medio de fuertes medidas de seguridad, para verle al término de la reunión que mantuvo con el secretario general, Kofi Annan.

En medio de discursos monótonos e interminables en el foro, fuentes diplomáticas señalaron a los periodistas que Chávez había aportado, como siempre, el punto de controversia que ayuda a dar publicidad a este tipo de cumbres mundiales.

A Chávez -que regresó este domingo a su país sin pronunciar el discurso que había programado hoy ante la Asamblea General-, le espera, según informa la prensa oficial venezolana, un recibimiento popular en el Palacio Presidencial de Miraflores, como expresión de apoyo de sus simpatizantes a la posición que ha asumido en el foro mundial.