La secretaria de Educación, Ruth Kelly, ha asegurado que se protegerá la libertad de expresión de los estudiantes pero que deberá informarse a la policía de cualquier “comportamiento inaceptable” tanto de alumnos como de profesores.

El ministro de Interior, Charles Clarke, ha detallado las medidas propuestas para luchar contra la apología del terrorismo en las universidades. El objetivo es, según ha explicado, la búsqueda de “pensamientos criminales”. Las universidades deben continuar “enseñando a la gente a pensar y expresarse por sí mismo, así como ha escuchar y respetar las opiniones de los otros”, según Nelly. Pero, ha añadido, también deben detectar comportamientos inapropiados para actuar en consecuencia.

En palabras de Nelly, los estudiantes deben “estar alerta y no deben tener miedo para de establecer sus propias fronteras. Eso significa: informar a la policía cuando se cometan actos criminales o cuando sepan que se van a cometer”.

Cuando Clarke adelantó estas medidas el mes pasado, la Comisión Islámica de Derechos Humanos difundió un comunicado en el que calificaba estas propuestas como “la criminalización de los pensamientos, opiniones y creencias” .

Las universidades analizarán a partir de ahora “la variedad de crímenes raciales e intolerancia que hay en sus campus”.

La unión de conferenciantes Nafte asegura que “las universidades quieren ver a sus estudiantes debatiendo sobre política y no paralizados por el miedo”. “Hay diferencias entre las actividades ilegales que deben ser castigadas por la Ley, los expedientes disciplinarios que abren las universidades por actitudes racistas u homófonas y perseguir los ‘comportamientos inaceptables’, una frase vaga que da margen a los abusos”.

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