El verano es una época en la que, en Asturias, las administraciones aprovechan para llevar a cabo más obras públicas gracias a que hace mejor tiempo. Si a eso le unimos que ya están en marcha el grueso de los proyectos del plan anticrisis del Gobierno, tanto Oviedo como Gijón ahora están prácticamente patas arriba.

El hecho positivo de que se esté trabajando por mejorar infraestructuras, aceras y viales de ambas ciudades contrasta con las molestias que estos trabajos ocasionan diariamente a ovetenses y gijoneses: calles cortadas, desvíos del tráfico, aceras y aparcamientos ocupados por grúas, camiones y otros aperos de obra.

En la capital, por ejemplo, llegar en coche al centro desde la autopista AS-II es toda una prueba de obstáculos: hay retenciones en la rotonda de entrada y carriles cortados o con señalización de obras en las calles Sáenz de Miera, Pepe Cosmen y avenida del Cantábrico.

En Gijón no la situación no es muy distinta. Los vecinos sufren cortes de tráfico y dificultades de conducción en la avenida de Juan Carlos I (La Calzada), Albert Einstein (Viesques) y el camino de Veriña a Poago, entre otros.

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