La prisión de Córdoba sufre overbooking. La población penal ha ido aumentando con el paso de los años, sin que las instalaciones se hayan ampliado para responder a esta situación. Según los datos facilitados por CCOO y CSI-CSIF, la cárcel cuenta con un total de 1.800 internos. Sin embargo, el centro penitenciario fue diseñado para 1.008 presos. Esto supone que la capacidad de la cárcel está superada en un 78,5%.

El secretario provincial de Administración Pública de CCOO, Luis Mena, considera que esta realidad «negativa» acarrea «graves consecuencias en las condiciones laborales de la plantilla y en las posibilidades de reinserción de la población penal».

El delegado de Prisiones de CSI-CSIF en Córdoba, César Torres, va más lejos al afirmar que los reclusos «se mezclan hacinados en un potaje kafkiano y en patios concebidos y estructurados para la mitad de ellos». Ambas organizaciones culpan a Instituciones Penitenciarias de la escasez de personal.

Actualmente, la plantilla de la prisión está formada por unas 500 personas, lo que significa que hay un funcionario por entre tres y cuatro internos.

El origen de este desfase, según CCOO y CSI-CSIF, es que mientras que en los últimos cuatro años la población penal de la cárcel se ha incrementado un 40%, el número de trabajadores tan sólo lo ha hecho en un 15%.

Además, consideran que hay escaso personal dedicados a programas de intervención y reinserción en comparación con el que hay destinado a labores de vigilancia. Incluso, se dan casos de que un solo funcionario debe desempeñar sus tareas en un módulo con 140 presos.

Por todas estas razones, los dos sindicatos han convocado para mañana una concentración en las puertas de la prisión en la que esperan una masiva participación de los empleados.

Aumentan las agresiones

Como consecuencia de que la prisión cuenta con más reclusos de los que debería, los sindicatos denuncian que los ataques de los internos hacia los funcionarios se han incrementado.

De esta manera, según CCOO, más del 30% de los accidentes laborales que sufren los trabajadores del centro penitenciario son agresiones. Los sindicatos lo relacionan con el crecimiento de los presos con patologías psiquiátricas.

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