Barcelona ofrece cocinas comunitarias y talleres de alimentación sostenible a personas vulnerables

  • El Ayuntamiento ha puesto en marcha dos espacios con este objetivo y abrirá otros dos en octubre.
  • Cada uno atiende a entre 20 y 25 personas.
  • A los usuarios también se les da de comer y se les ayuda en su inclusión laboral y comunitaria.
Personas participando en un taller del proyecto Alimenta.
Personas participando en un taller del proyecto Alimenta.
AYUNTAMIENTO DE BARCELONA
Personas participando en un taller del proyecto Alimenta.

Ir más allá de dar de comer a personas con pocos recursos y "facilitarles herramientas" para defenderse por sí mismas. Eso es lo que pretende un proyecto que ha presentado este martes el Ayuntamiento de Barcelona, denominado Alimenta, que no solo ha nacido con el objetivo de proporcionar comida a ciudadanos vulnerables si lo necesitan. También busca que cocinen, participen en talleres de alimentación y ayudarles en su inclusión laboral y comunitaria.

Lo ha explicado la comisionada de Acción Social, Sonia Fuertes, que ha indicado que en cocinas compartidas, estas personas pueden elaborar platos o seguir cursillos, por ejemplo, contra el derroche de comida o sobre cómo gastar menos energía a la hora de prepararla. Además, se les ofrece llevarse menús. Para todo ello, se han puesto en marcha dos espacios Alimenta y en octubre empezarán a funcionar otros dos. La inversión inicial es de alrededor de 275.000 euros y en cada uno se atiende a entre 20 y 25 personas.

"El objetivo es que no solo se lleven comida, sino también un aprendizaje", ha señalado Fuertes, que ha dicho que se quiere superar el tradicional enfoque asistencialista por otro que fomente la autonomía personal.

Participantes en el proyecto Alimenta.
Participantes en el proyecto Alimenta.
AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Ha apuntado, además, que la alimentación que se proporciona es "sostenible" y está basada en productos de proximidad, ecológicos, frescos y de temporada.

Por su parte, Felipe Reyes, coordinador de proyectos de la Fundación Privada Jovent, que gestiona uno de los espacios Alimenta -abierto este julio para dar servicio a los barrios del Carmel, la Teixonera y la Vall d'Hebron-, ha contado que allí también participan en elaborar los menús jóvenes de entre 16 y 21 años en riesgo de exclusión social. "Están haciendo un taller de formación en cocina", ha dicho.

Asimismo, ha explicado que "una persona de referencia" hace seguimiento de los usuarios del proyecto y "marca su itinerario" para ayudarles, por ejemplo, a vincularse con actividades comunitarias de la zona o a buscar trabajo.

Además del espacio que gestiona Jovent, existe otro a cargo del Comedor Solidario Gregal que da servicio al barrio del Besòs i el Maresme y que está funcionando en un local alternativo mientras duran las obras de adecuación del definitivo. En octubre la Fundació Roure empezará a gestionar uno que dará cobertura al Gòtic y el Casc Antic y la cooperativa Impulsem se encargará de un cuarto centro que atenderá a las personas del Raval.

Un taller de formación.
Un taller de formación.
AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Jorge Bareas, de 58 años y en paro tras trabajar "toda la vida" como camarero en la Barceloneta, ha participado este martes en un taller contra el derroche de alimentos en el espacio Alimenta de Jovent y se ha mostrado dispuesto a cocinar. "Estoy abierto a todo para aprender o conseguir un puesto de trabajo", ha asegurado.

Por su parte, Carolina Pérez, de 54 años, que también ha formado parte del taller, ha contado que cuando empezó la pandemia fue usuaria de un comedor social, pero ahora ya no necesita pedir comida, porque ha encontrado empleo como limpiadora en un colegio. Sin embargo, ha decidido apuntarse a la actividad porque la considera “útil”, le gusta "aprender" y cree que "es una manera de conocer a gente y salir de la rutina". Le han enseñado, por ejemplo, que puede utilizar la carcasa del pollo para hacer croquetas.

En 2020 se dio acceso a alimentos a 50.000 personas

El año 2020, y como consecuencia de la crisis de la Covid-19, el Ayuntamiento de Barcelona multiplicó los dispositivos de provisión de alimentos en relación en a 2019, hasta llegar casi a las 50.000 personas.

El Consistorio distribuyó más de 28.000 ayudas para adquirirlos por valor de 6,46 millones de euros frente a las 7.700 valoradas en 1,26 millones de euros del año anterior, mientras que se entregaron más de 557.000 comidas a través de los comedores sociales a unas 17.500 personas, un 16% más. 

También se distribuyeron más de 430.000 comidas a través de los dispositivos extraordinarios puestos en marcha por la Covid-19. 

En estos momentos, según el Ayuntamiento, las ayudas de emergencia de alimentación triplican las que daban los servicios sociales municipales antes de la pandemia. 

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