Si hay un denominador común a toda la oferta turística de Castilla y León ese es el de la calidad turística. La enorme extensión territorial de Castilla y León ha generado tradicionalmente la imagen de un destino con una enorme cantidad de recursos turísticos especialmente en lo que se refiere a turismo cultural y patrimonial sin olvidar otros ámbitos como el gastronómico, el turismo de naturaleza o el turismo rural en el que Castilla y León ha destacado siempre por su enorme oferta.
Más allá de la extensión y diversidad de la oferta turística de Castilla y León conviene recordar que en todos esos ámbitos turísticos la calidad se ha convertido en el principal factor de desarrollo del territorio a través del alto nivel de su oferta gastronómica, enoturística, hotelera, paisajística o cultural entre otros campos en los que Castilla y León ocupa una posición de liderazgo turístico a nivel nacional.
En materia de enoturismo la Comunidad castellano y leonesa no sólo es la región con mayor número de Rutas del Vino dentro del Club de producto de Rutas del vino de España, sino que esas rutas incorporan recursos vinculados al alojamiento, las catas de vinos, los maridajes, las experiencias enoturísticas, las visitas a bodegas y otros servicios turísticos que ya son reconocidos por su alto nivel de calidad y satisfacción de los turistas.
En lo que se refiere a la oferta de alojamientos de turismo rural Castilla y León ha sido pionera en una regulación sectorial que ha primado la calidad sobre la cantidad estableciendo determinados estándares mínimos en lo que se refiere a equipamientos, instalaciones y servicios de los establecimientos. Además esta regulación del turismo rural ha implantado, por primera vez en España, un sistema de categorización de los alojamientos en función de la calidad de los mismos que posteriormente se extendió al resto de Comunidades y que permite al turista conocer con exactitud los distintos niveles de calidad de todos los aspectos vinculados al alojamiento rural. Esta ordenación de la oferta de turismo rural ha impulsado el desarrollo de un sector que, no sólo es el más numeroso de España, sino que potencia todos los aspectos cualitativos que garantizan la mejor estancia a los turistas. Una oferta de calidad que se ve reforzada por la marca “Posadas Reales” que integra una cuidada selección de los alojamientos rurales de Castilla y León con unos mayores estándares de calidad medidos a través de criterios objetivos favoreciendo la mejor experiencia turística en todos los aspectos.
La calidad de la oferta de turismo rural en Castilla y León se ve favorecida también por el entorno natural en el que se ubican muchos de los alojamientos que la componen. El turismo de naturaleza se ha desarrollado también en los últimos años bajo criterios de calidad que permiten compatibilizar el desarrollo turístico y económico de los espacios naturales con su cuidadosa protección y conservación. Hay que tener en cuenta que la Red de Espacios Naturales de Castilla y León es una de las más extensas de Europa y permite dar cobijo a una de las mayores superficies boscosas y arboladas del continente. Una Red que constituye un atractivo espacio para el turismo de calidad compuesto por reservas naturales, parques regionales, paisajes protegidos o monumentos naturales de gran valor paisajístico y medioambiental.
Todas estas posibilidades turísticas se complementan perfectamente con uno de los recursos en los que Castilla y León también destaca por su calidad: el turismo gastronómico. Un tipo de turismo que ha crecido mucho en los últimos años de la mano de una destacada oferta agroalimentaria que ha permitido generar una de las mayores despensas de Europa y con mayor calidad. La calidad de los productos gastronómicos de Castilla y León está acreditada por la existencia en la Comunidad de más de sesenta Figuras de Calidad Agroalimentaria compuestas por Denominaciones de Origen, Marcas de Garantía o Indicaciones Geográficas Protegidas entre otras. Se trata pues de figuras que dan cobertura a productos de gran calidad que se han convertido, de la mano de reconocidos cocineros de la región, en verdaderos atractivos turísticos. Además, el potencial del turismo gastronómico en Castilla y León se ve reforzado por la marca de calidad “Tierra de sabor” que se ha convertido ya, a nivel nacional en una referencia de calidad en materia agroalimentaria y gastronómica.