La canícula no comienza hasta el 15 de julio, pero los efectos implacables del verano ya están aquí. Hasta 35,2 grados registró el termómetro en el Observatori Fabra, según el Servei Català de Meteorologia. De esta manera, Barcelona sufrió ayer su día más caluroso desde el 15 de septiembre de 2005, cuando se alcanzó el mismo valor.

La ola de calor africano golpeó con más fuerza en localidades como Seròs (39,3ºC), Vilanova de Segrià (39,1ºC), Vinebre (38,5ºC), Alcarràs (38,2ºC) y Aitona (38,0ºC). En Sabadell llegaron a los 32,2ºC. La costa se quedó en torno a los 30 grados y se acercaban a los 35 en las comarcas interiores. Ningún termómetro marcó 40 grados a la sombra en Catalunya, aunque la sensación de temperatura, dada la elevada humedad relativa, sí los hacía sentir.

La subida de las temperaturas se ha traducido en un incremento del consumo eléctrico por los aires acondicionados. El martes se alcanzó un consumo de 7.926 MW en Catalunya, según datos de Fecsa-Endesa, un 10% más que la semana anterior. La máxima demanda se situó el martes entre las 12 y las 13 horas. Para batir récord habrá que llegar a los 8.676 MW del 17 de diciembre del 2007.

El Departament de Salut y el Ajuntament ya trabajan con sus planes activados para paliar los efectos del calor sobre la salud. Barcelona, por ejemplo, intensifica el seguimiento a los más vulnerables: mayores de 75 años, discapacitados, deportistas, bebés, hi- pertensos, obesos... Centros de salud o de internamiento se encuentran en alerta contra los rigores veraniegos.

La probabilidad de incendio sigue entre moderada y alta en la mitad sur de Catalunya, Alt Empordà y costa del Baix Empordà y Selva. Meteorologia prevé que la situación de máximas altas y noches tropicales (con mínimas por encima de los 20 grados) se prolongue hasta el viernes. Luego, el termómetro dará un respiro.