"¿La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se avergüenza del resultado de la restauración de los puentes de Trinidad y Serranos?".

Esta es la pregunta que se hizo ayer el concejal del PSPV, Juan Soto, tras denunciar el «lamentable estado» de ambos pasos protegidos que datan del siglo XV el primero (el más antiguo de Valencia) y del siglo XVI el segundo.

Según explicó el edil, "las obras se iniciaron en 2007 y debían estar acabadas a mediados de 2008. Sin embargo, se retrasaron. El último plazo que nos dieron fue finales de febrero. Han pasado cuatro meses y las obras están paradas y los trabajadores han desaparecido". Así, en el de Trinidad, han aparecido desconchados de mortero, grietas y hasta desplazamientos de los sillares.

Además, las escaleras estaban cerradas debido a  la peligrosidad de sus barandillas, por la posibilidad de que, sobre todo niños, puedan caerse entre el hueco de los barrotes. Unas barandillas que, a juicio de Soto, "rompen la estética gótica del puente al estar hechas con materiales ajenos". Ayer por la mañana, las vallas que impedían el acceso a las escaleras estaban tiradas con el consiguiente "riesgo de accidente". Las obras tienen un coste de 3 millones de euros.

Patrimonio dice que no hay parón

El concejal de Patrimonio Histórico, Vicente Igual, desmintió que las obras estuvieran paradas: "No es cierto. La empresa encargada de las obras está llevando a cabo los últimos cambios marcados por el Ayuntamiento y el Consell Valencià de Cultura, entre ellos, la inclusión de dos cables tensados en las barandillas para salvaguardar el espacio que queda". Igual aseguró que "las obras están a punto de finalizar y se recepcionarán cuando todos los acabados estén perfectos".

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