Han sido muchos los puntos de controversia que ha generado el Plan Bolonia, pero, en cuanto a titulaciones se refiere, el foco de atención se ha centrado en las ingenierías.

Dos motivos principales han provocado la polémica: el primero, el hecho de, al contrario que en el resto de Europa, en España se dividan en técnicas y superiores; el segundo, el problema de las atribuciones profesionales, requisito imprescindible para las profesiones reguladas.

A pesar de llevar más de cuatro años de debate, la plena reforma en las ingenierías no ha llegado a tiempo para el curso que viene y en algunas tendrá que esperar al 2010-2011.

La razón es la siguiente: las universidades necesitan adaptar los títulos ya existentes a los nuevos requisitos exigidos por el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), pero el decreto que permite a los centros diseñar los estudios que conllevan una profesión regulada (caso de muchas ingenierías y otras carreras técnicas) no fue aprobado por el Ministerio de Ciencia e Innovación hasta el mes de enero.

No obstante, parece que las decisiones de reforma que afectan a esta titulación ya están más que tomadas. A continuación respondemos a algunas dudas frecuentes entre futuros ingenieros.

La gran duda

A partir de ahora aquellos que quieran cursar una ingeniería (ya sea técnica o superior) deberá estudiar el Grado, que durará cuatro años (240 créditos, de los que180 serán regulados a nivel nacional, y el resto quedan a disposición de la autonomía universitaria).

Una vez cursado el grado se podrá acceder al Máster, y conllevará la realización de uno o dos años más (de 60 a 120 créditos, de los que 60 estarán determinados por las fichas que regulan los requisitos y materías mínimas para obtener la atribución profesional).

¿Desaparece alguna?

Según el Director General de Universidades, Felipe Petriz, (ver vídeo completo) ninguna ingeniería actual corre el riesgo de desaparecer con motivo de esta reforma. De hecho, las ingenierías como profesiones reguladas (9 técnicas y 8 superiores) ya tienen el marco por el que las universidades podrán diseñar sus planes de estudio.

Para el resto, también se ha llegado a un acuerdo en forma de recomendaciones para que las universidades diseñen sus planes de la misma forma que las reguladas.