Felisa espera pacientemente cada día a que su nieto Rubén salga del colegio Amadeo Vives (Latina), uno de los 20 centros de la capital (unos 2.300 alumnos) donde el Ayuntamiento de Madrid ha señalizado este curso una ruta segura para que los niños accedan a las aulas sin problemas. "Así me gusta mucho más", grita Rubén mientras saborea un flash y corre por una ampliada acera, que antes era del todo intransitable.
La medida impulsada por el Ayuntamiento, que el próximo curso llegará a 42 centros (dos por distrito) de los 347 coles públicos existentes, contempla señalizar los pasos de cebra, colocar bolardos, ampliar las aceras y favorecer el entorno a unos usuarios que en pocos casos superan el metro veinte de estatura.
Pero no todos los afectados celebran la iniciativa con la misma alegría que el pequeño Rubén. "La obra la hicieron hace meses, pero han puesto las señales justo para la inauguración oficial del alcalde", se lamenta otra de las madres del Amadeo Vives.
"No se respeta la señalización"
Todas reconocen que la zona "ha mejorado, sobre todo las aceras", pero aún queda mucho por hacer.
"Los niños no pueden venir solos porque los coches van demasiado deprisa, no hay badenes y no se respeta la señalización", explica Eva, la madre de tres alumnos del centro: Alberto, Sara y Marta.
Y eso no es todo. Los padres denuncian que el IES más cercano es el Larra, con muy mala combinación y a más de 45 minutos de casa.
EN PRIMERA PERSONA
Magdalena Sánchez. "Me hace gracia lo del camino seguro". La madre de Carlos y Raúl los acompaña a clase todos los días porque "hacen falta más badenes y pasos de cebra", y dice que no se fía del tráfico. "Me hace gracia lo del camino seguro".
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