OFRECIDO POR CANAL DEL ISABEL II
ETAP y presa Navacerrada.
ETAP y presa Navacerrada.
CANAL DE ISABEL II

Canal de Isabel II cumple 170 años cuidando del agua y el medio ambiente

  • La empresa pública de la Comunidad de Madrid, gestora del ciclo integral del agua, enfoca su futuro hacia la economía verde para promover la sostenibilidad en la región.

La historia de Madrid es también la historia de su agua. Al carecer de un río caudaloso, la región siempre ha tenido que buscar soluciones ingeniosas para abastecerse en cantidad suficiente. A esta dificultad se sumaba la necesidad de que la calidad de dicha agua fuese la mejor, para garantizar la salud y el progreso económico y social que se deseaba para sus habitantes. Desde su fundación en 1851, Canal de Isabel II, que ahora celebra su 170º aniversario, ha dedicado todos los esfuerzos a conseguirlo.

Ya en el siglo VIII, se distinguía entre aguas “gruesas” y “finas” para referirse a la calidad del agua que viajaba por las antiguas conducciones subterráneas, de origen árabe, con las que se daba servicio a la ciudad de Madrid. Por entonces, la forma de diferenciar la potabilidad se medía en si servía o no para cocer los garbanzos.

Este reto milenario se mantuvo en el tiempo y se complicó aún más a partir del siglo XIX, cuando comenzaron los verdaderos problemas, no solo de calidad sino de escasez, debido al aumento de la población. Por eso, en 1848 el ministro de Fomento, Bravo Murillo, encargó a los ingenieros Juan Rafo y Juan de Ribera que hicieran llegar las aguas de la cuenca de Lozoya a Madrid.

Este río contaba con los parámetros físico-químicos ideales, por los que se impuso al Jarama (la otra opción que barajaron), tal y como se recogió en los documentos de la época: “El río Lozoya es, por consiguiente, respecto a su calidad, el único que lleva gran ventaja a todos, y debe ser preferido si reúne, como en efecto así sucede, las demás circunstancias necesarias".

La esperada llegada de las aguas del Lozoya a la ciudad, desde la presa del Pontón de la Oliva y a través de una conducción de más de 70 kilómetros, se celebró el 24 de junio de 1848 con un acto de inauguración del Canal de Isabel II en la plaza de San Bernardo, hoy un lugar muy céntrico. Durante los primeros años, el director de la empresa, Lucio del Valle, tuvo que batallar con las “turbias” (aumentos de la turbidez causados por el arrastre de sedimentos) para garantizar la tan ansiada calidad de esas aguas, que ahora sí llegaban en cantidad suficiente a Madrid.

Pioneros en el cuidado de los ecosistemas naturales

Una de las primeras medidas que se aplicaron para alcanzar la envidiable calidad del agua de la comunidad, hoy motivo de orgullo para los madrileños, fue la reforestación de la cuenca del Lozoya. Como las técnicas de tratamiento y filtración del agua no eran suficientemente avanzadas y no lograban la calidad deseada, en 1910 una comisión presidida por Ramón y Cajal impulsó al Consejo de Administración de Canal de Isabel II a adoptar decisiones relacionadas con el cuidado del medio ambiente.

Con una gran visión de futuro, llevaron a cabo la repoblación forestal del valle y empezaron a cuidar los vertidos de los habitantes de los pueblos de la ribera, cada vez más numerosos. El gran defensor de esta primera técnica avanzada de tratamiento del agua potable fue Ramón de Aguinaga, entonces director de Canal de Isabel II. Esta ambiciosa medida promovió que el cuidado de las cuencas de los ríos donde se produce la captación, así como el mantenimiento de sus ecosistemas naturales, se considere hoy en día fundamental en el tratamiento del agua potable de cualquier lugar. 

Presa de El Atazar.
Presa de El Atazar.
CANAL DE ISABEL II

Agua del grifo: segura y de calidad

A ello hay que sumar el control de vertidos, una actividad primordial de Canal de Isabel II. Convertido en una empresa pública dependiente de la Comunidad de Madrid desde 1984, garantiza la seguridad a través de 157 depuradoras repartidas por toda la región. En 32 de ellas se realiza un riguroso proceso, capaz de regenerar el agua depurada, tanto para salvaguardar el estado de los ríos como para poder reutilizarla en otras actividades (limpieza, regadío, industriales).

Las técnicas de tratamiento del agua han avanzado a un ritmo vertiginoso en las últimas décadas, sobre todo con la aplicación de la tecnología, que ha pasado a ser un elemento clave en el funcionamiento del Canal de Isabel II. Un claro ejemplo sería la construcción y puesta en servicio en la localidad de Majadahonda, en 1967, de la primera estación de tratamiento de agua potable (ETAP) que se ha ido ampliando y mejorando en función de las necesidades.

En la actualidad, una red de 14 ETAP donde se aplican las últimas tecnologías de filtración (carbono activo, arena, ósmosis inversa o desinfección mediante cloraminas), vela por la seguridad y la calidad del agua para el consumo humano en la Comunidad de Madrid.

Ahora que se cumplen 170 años desde que nació el Canal de Isabel II, las cifras confirman el gran resultado de su trabajo: Madrid es la región donde menos agua embotellada se consume de España, pues un 96% de los madrileños elige consumir agua del grifo; también la prefieren, en un 82%, a la de otras zonas del país por su color y sabor, ya que se trata de un agua blanda, de mineralización débil y baja en sodio. Incluso, la Asociación de Pediatras de Madrid la considera indicada para bebés: “Únicamente, por debajo de los 4-6 meses, debe hervirse durante un minuto”, aseguran.

Un 96% de los madrileños elige consumir agua del grifo, que en la región es blanda, de mineralización débil y baja en sodio

Hay que tener en cuenta que el agua es uno de los productos alimentarios que consumimos que están más controlados (un análisis cada 3 segundos), por lo que consumir agua del grifo no solo es una práctica ambientalmente sostenible, sino también segura. Y en ello tiene mucho que ver el Canal de Isabel II, que este mes cumple 170 años suministrando, con total garantía, un agua de excelente calidad a toda la población de la Comunidad de Madrid.

Laboratorio central del Canal de Isabel II.
Laboratorio central del Canal de Isabel II.
CANAL DE ISABEL II

HACIA UN FUTURO VERDE

Calidad y sostenibilidad guían el trabajo del Canal de Isabel II, que apuesta por una economía verde de los recursos orientada al buen uso del agua. Por eso promueven un uso eficiente y aplican la competitividad con una apuesta por la innovación en los procesos de depuración. Además, se busca la rentabilidad medioambiental generando energía con el agua como fuente.

En sus 170 años de vida, la empresa ha evolucionado para afrontar los retos medioambientales y trabajar por una región más sostenible, desarrollando sus nuevos proyectos en línea con los objetivos de la Agenda 2030. En ese sentido, impulsará la eficiencia energética con proyectos vinculados a energías verdes como la solar y el hidrógeno, claves en la descarbonización.

En los próximos años, construirá una planta pionera en España que será la primera en utilizar energía renovable y agua depurada como fuente de generación de hidrógeno verde. Con una inversión estimada de 24,5 millones de euros, tendrá una potencia instalada de 5 Megavatios. Además, desplegará el Plan Solar con la puesta en servicio de instalaciones fotovoltaicas propias para autoconsumo eléctrico, con una inversión de 33 millones de euros y el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Diez empresas españolas sobresalen entre las 100 líderes mundiales de sostenibilidad, según el último análisis realizado por la agencia de calificación de riesgos Ficht. Entre ellas figura Canal de Isabel II, junto a Iberdrola, Naturgy o Enagás. 

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