Se reduce un 33% el número de inventos que salen desde Valladolid

Lo importante es la idea y creaciones tan conocidas como la fregona, el chupa-chups o un sencillo clip demuestran que un buen invento puede revolucionar el mercado y dejar a un lado los problemas de la crisis.

A pesar de todo, Valladolid está escaso de ideas, al menos de gente que se lance a intentar registrarlas en la Oficina de Marcas y Patentes. Este órgano registró durante el año pasado un 33% menos de solicitudes de patentes y modelos de utilidad creados por ciudadanos. En total se presentaron 42 frente a las 55 del año 2007.

El año pasado, la Oficina dio salida a más inventos que en el 2007. En total quedaron registrados 37, entre ambas modalidades, frente a los 32 de hace dos años.

La mayoría son creaciones desarrolladas por empresas especializadas, pero también hay otras de particulares que se animan a desarrollar una prenda protectora para las picaduras de mosquitos, una almohada novedosa, un dispositivo auxiliar para la lectura e interpretación de partituras, una bandera de ondeo fijo o una jardinera vertical, entre otros.

La situación de Valladolid no es muy diferente a la de la Comunidad ya que Castilla y León es la novena con más número de inventos y los que salen de aquí son sólo el 2,7% de los que hay en toda España.

Un proceso largo

El proceso para patentar un invento puede llegar a ser bastante largo. La media llega hasta los 18 meses e incluso el año pasado se concedieron algunos solicitados en 2003. Además, no todos los que se presentan son aceptados y tienen que tener una serie de características que los hagan únicos, originales y que introduzcan alguna novedad. El año pasado, en España se presentaron 3.783 inventos, un 10% más que el año anterior.

Creador del botellero-compac

Juanjo Esteban. inventor. «Siempre estoy ideando cosas»

No es el primer invento que sale de su cabeza, aunque muchos tienen que ver con su profesión principal, montador de armarios. «Siempre tengo que estar pensando cosas nuevas. Es lo que me gusta», reconoce Juanjo Esteban, creador de uno de los inventos registrados el año pasado.

Su trabajo es un botellero-compac, como él mismo lo llama, en el que después de meter botellas para regalar a alguien se transforma en un archivador de 50 CD. «Es una caja normal, reciclable y muy fuerte a la que se le puede dar una segunda utilidad en lugar de tirarla».

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