El Gobierno australiano ha admitido que una parte del dinero de su plan de estímulo económico ha sido enviado a miles de personas que están fallecidas. El dinero formaba parte de un paquete multi billonario sobre el que cada contribuyente del país tenía derecho a cobrar 900 dólares australianos (unos 500 euros).
Alrededor de 14 millones de dólares australianos (8 millones de euros) fueron a parar a personas fallecidas, ha reconocido la ministra de Finanzas Lindsay Tanner, y otros 25 millones de dólares (14 millones de euros) a ciudadanos que residen en el extranjero. Los medios de comunicación australianos han llamado a este fiasco el caso de los "muertos agradecidos".
Tanner ha reconocido el error y ha dicho que, en cualquier caso, ese dinero que ha sido entregado a personas fallecidas no se ha perdido "porque de hecho irá a parar al Estado". Otro ministro del Gobierno ha dicho que a pesar de los errores en la adjudicación, el 99% de los fondos han sido distribuidos de forma correcta a las personas indicadas.
La oposición, en cambio, no está conforme con estas explicaciones y el Senador Liberal Simon Birmingham ha usado la ironía para decir que "si alguien vio a algún muerto gastándose el dinero, que por favor se lo haga saber", informa la cadena BBC.
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