Cuando un paciente llegue al nuevo Hospital Central de Asturias, que abrirá "en dos años", introducirá su tarjeta sanitaria o su DNI electrónico en un cajero automático que le dirá dónde tiene que esperar a que le atienda su médico. No será en una sala de espera, en el nuevo HUCA no las habrá, sino en "dos grandes pasillos" en los que habrá pantallas de televisión "que informarán en todo momento al paciente" del lugar al que tiene que dirigirse y "del tiempo que se prevé" que tenga que esperar.

Será "un hospital que funcionará sin ningún papel", "de los más modernos de España e incluso de Europa", explicó el gerente del centro sanitario, Mario González, a los médicos del Central.

Cada paciente ingresado tendrá un ordenador con conexión a Internet y una web cam "para comunicarse con su casa". Cuando el médico pase visita tendrá que mirar en él su historia médica e introducir "sus impresiones, el tratamiento...", por lo que "todos debemos saber usarlo porque si no el HUCA no funcionará", advirtió.

Habrá 552 habitaciones orientadas al sur que serán de una o dos camas -quieren que el 40% de los ingresados estén solos-, y en total habrá 1.127 (117 menos que en el actual). "El número de camas irá en función del nivel ambulatorio", apuntó González. El objetivo es que ingrese el menor número de pacientes y reducir de 9,5 días a 7 la estancia media de los hospitalizados.

Estará organizado en cuatro zonas: la hospitalaria; la de consultas, por donde transitarán al día unas 5.000 personas; la quirúrgica, donde se ubicarán 36 quirófanos (ahora hay 29); y la universitaria.

Habrá 2.200 plazas de aparcamiento (en el actual recinto hospitalario hay 1.000) y "60.000 metros cuadrados útiles más que ahora". Otra novedad es que el tranvía que conectará Oviedo con Lugones tendrá una parada en el nuevo HUCA.

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