La dirección del centro decidió elegir esta lengua que más millones de personas hablan en el mundo como asignatura optativa, junto con el francés.

Hablar pero no escribir

La escuela Hamelin se avanza así a las iniciativas institucionales en este sentido. «China está en plena expansión y creemos que nuestros escolares tendrán un valor añadido el día que se incorporen al mercado laboral si conocen el idioma», afirma Mercè Millàs, directora académica de esta escuela de Alella.

Shanmei Yu, una de las profesoras y subdirectora de la escuela china Gran Muralla de Barcelona, se estrena en la enseñanza del idioma a niños autóctonos. «Van a aprender a hablar y a pronunciar correctamente, no enseñaremos escritura porque es muy complejo», reconoce.

En la primera clase, los más pequeños, entre cinco y seis años, se sorprendieron con la pronunciación que debían imprimir para hacer preguntas básicas: «¿Cómo te llamas?» y «¿Cuántos años tienes?». Los deberes consistieron en recordar y enseñar en casa lo aprendido.