Han impuesto su ley y la tiranía, convirtiéndose en las ovejas negras de sus familias. Cuatro estrena Hermano Mayor, un nuevo coach que sustituirá a Supernnany los viernes. Basado en Le Grand Frère, el espacio convive en casa de jóvenes conflictivos de 18 y 19 años para devolverles al buen camino.

La labor recaerá en Pedro García Aguado, ex campeón olímpico de waterpolo que se hizo terapeuta tras superar su adicción al alcohol y las drogas. A través de la contundencia verbal y su experiencia, Pedro les asesorará junto a una psicóloga con el objetivo de darles una segunda oportunidad.

¿Cómo serán esos seis casos con los que se va a encontrar?

Todo tipo de conflictos. Uno de los chicos abusa de las drogas, otro tiene una agresividad verbal muy grande con la madre, otro hace el pasota, otro no aguanta el no como norma y se rebela contra sus padres. La experiencia es muy dura y más de una vez he tenido que salir de una casa porque te pones en su piel y te emocionas.

¿A qué cosas se resisten más?

A hacerse responsables y dejar de culpar a sus padres de lo que les pasa. A mí las disculpas se me acabaron en un momento y ya no sabía que hacer para colocarme.

¿Qué les mueve a contar sus problemas en televisión?

Lo está pasando mal y ya no les importa salir en televisión para contar sus cosas. En ocasiones, el programa es la última opción de estas familias.

¿Es la televisión el lugar idóneo para solucionar este tipo de problemas?

Cuando la televisión tiene un contenido social, creo que es interesante porque se muestra una realidad que puede ayudar a mucha gente. Hermano Mayor hará que muchas personas se den cuenta de que les sucede lo mismo. Sabrán lo que pueden hacer con las herramientas que les proporciona el programa.

¿No le resulta un poco violento llegar a la casa de gente desconocida y decirle cómo tiene que educar a sus hijos?

Yo no les digo cómo tienen que educar, sería muy prepotente por mi parte porque esa gente lo ha hecho lo mejor que ha podido. Les hablo sobre las cosas que se pueden cambiar y la responsabilidad que tiene cada uno en lo que está pasando.

¿Por qué decidió colaborar en el programa?

Tengo en mente un proyecto que se llama Día Cero que pretende concienciar, sensibilizar y alertar sobre el riesgo de consumo de alcohol y otras sustancias. El programa de Cuatro va alineado con mi idea de ayudar. Por otro lado, quiero abrir centros contra la adicción.

Personalmente, ¿qué le ha supuesto la experiencia?

Herramientas para educar a mis dos hijas de 12 y 8 años. Además una de ellas ya me está entrando en la adolescencia con lo cual todo lo que veo lo extraigo. Con el programa me están viendo menos y eso lo tengo que ajustar si hubiera una segunda temporada. Faltaría más que por ayudar yo a otros adolescentes mis hijas vayan a tener los mismos síntomas que estos.

¿Y respecto a lo televisivo?

Es lo más difícil. No sé que repercusión va a tener el programa, pero la directora me dice 'cómprate gorra y gafas de sol'.

¿No cree que una parte de la audiencia verá morbo en todo esto?

Seguro, pero aunque sea televisión para mí el programa es didáctico. Se trata de terrealidad y son problemas que ocurren en millones de hogares.

¿Por qué se hizo terapeuta?

Porque el tratamiento que yo hice para dejar de consumir y tener una vida feliz fue tan bueno que se lo quiero transmitir a la gente.

¿Cuándo se deja de ser adicto?

Se es toda la vida, pero no lo llevo como una cruz. Es una enfermedad como cualquier otra lo que significa que no puedo tomar ningún tipo de sustancia y tengo que vigilar ciertos entornos. No he tenido recaídas, sino momentos difíciles. Pero recurrir a las drogas ya no es la primera opción.

BIO: Fue oro en Atlanta 92 y en el Mundial de Sidney. Ha trabajado como terapeuta en el centro Mare Nostrum de Barcelona y ha publicado diversos libros.