El Royal Festival Hall, una de los centros de conciertos más importantes del Reino Unido, se ha visto obligado a retirar una escultura y a disculparse por haberla exhibido.
Lo hizo después de difundirse que el creador era Colin Pitchfork, un criminal que hace 20 años violó y asesinó a dos adolescentes.
La institución pagó a la Fundación Koestler, centro promotor de obras de convictos, alrededor de 700 euros por la pieza y la exhibió de forma anónima, según publica BBC.
Al pie de la escultura se podía leer: "Sin esta oportunidad para mostrar nuestro arte, muchos no tendríamos ganas de vivir, nos quedaríamos encerrados en nosotros mismos tanto como los muros que nos retienen".
Kath Eastwood, la madre de una de las jóvenes asesinadas manifestó estar horrorizada. "El arte no lo va a cambiar y no puedo sentir nada más que asco", añadió.
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