Las protestas vecinales marcaron este domingo la inauguración de la plaza de Lesseps. El emplazamiento, que ha estado tres años en obras, estrenó su nueva fisonomía en medio de las quejas de un sector de los residentes, que criticaban la escasez de zonas verdes y espacios para niños, y los elementos ornamentales.

Por esos motivos, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, fue recibido con gritos por parte de una veintena de jóvenes, que portaban pancartas con lemas como "menos cemento y más zonas verdes". En algunos balcones, y a modo de queja, colgaban sábanas blancas con lazos.

Hereu salió al paso. Y si bien reconoció que aún quedan por pulir detalles, como una zona infantil y rutas de paseo, recordó que la reforma de la plaza de Lesseps se llevó a cabo tras un intenso debate con las asociaciones de vecinos.

La remodelación de la plaza lleva la firma del arquitecto Albert Viaplana y se remonta al año 1996. Una comisión mixta configurada por representantes vecinales de Gràcia y Sarrià, técnicos externos consensuados por el consistorio y los vecinos, y representantes de los grupos municipales, estudió el proyecto, que se aprobó en 2005. Ese mismo año empezaron las obras.

Con la reforma, el espacio ha ganado 6.000 metros para la ampliación de aceras y la reducción del tráfico, que ahora pasa por el centro de la plaza. También cuenta con un espacio de ocio, con dos parques para niños, pistas de petanca, áreas verdes, un mirador y un anfiteatro.

Nueva entrada de metro

Además, también se abrió una nueva entrada de la Línea 3 del metro (en el futuro albergará también la Línea 9) y se puso en funcionamiento la nueva central de recogida neumática de residuos, que dará servicio a 21.000 vecinos.

La oposición municipal se sumó a las quejas de los vecinos y solicitó al Ajuntament que la plaza sea "más verde y humana". Con todo, la inauguración intentó mantener un espíritu festivo, con la participación de grupos de gigantes y diablos, una chocolatada y la actuación de grupos de gospel.