Los lazos contra el aborto no se unen a la palma

  • Los niños vuelven a ser los protagonistas del Domingo de Ramos.
  • El obispo recuerda a los menores que sufren en el mundo.
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Los niños volvieron a ser los protagonistas de la procesión.
Los niños volvieron a ser los protagonistas de la procesión.
LETICIA PÉREZ/ICAL
Los niños volvieron a ser los protagonistas de la procesión.

Los lazos blancos en contra de la reforma de la ley del aborto promovida por el Gobierno central no se unieron definitivamente a las palmas tradicionales de la procesión del Domingo de Ramos, según informó Europa Press. La cofradía de la Piedad, que era la que mantenía su intención de llevarlos, al final optó por no sumarse a esta iniciativa, de la que ya se descartaron el resto hace varios días.

Sin polémica pero sí con muchos niños transcurrió la primera gran procesión de la Semana Santa vallisoletana en la que miles de ciudadanos salieron a la calle para acompañar al paso de la Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, más conocido como La Borriquilla.

La cofradía protagonista fue la de la Vera Cruz, aunque junto a ella estuvieron las secciones infantiles de las otras 19, en los que se encuentran los cofrades de menos de 14 años. Una de las novedades de este año fue que, por primera vez, el paso fue portado en una carroza y no a hombros, como venía siendo habitual.

El buen tiempo animó a numerosas familias a salir a las calles y ocupar cada una de las vías por las que transcurrieron los cofrades, que salieron de la Catedral y llegaron a la iglesia penitencial de la Santa Vera Cruz pasando por Leopoldo Cano, Primo de Rivera, San Lorenzo,  Pasión, Ferrari y Platerías, entre otras.

El momento más concurrido fue cuando el paso llegó a la Plaza Mayor, donde le esperaban miles de ciudadanos que portaban y movían sus palmas y de niños que hacían sonar las carracas al paso de los cofrades.

Antes de finalizar el recorrido, y ya frente a la iglesia de la Santa Vera Cruz, el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, animó a todos los asistentes a agitar sus palmas en un acto que calificó como «precioso» y que dejó la calle Platerías «muy hermosa», según reconoció él mismo.

Rodríguez reivindicó el papel de la Iglesia en la sociedad porque es un «pueblo muy grande» que se ha extendido por todo el mundo y aseguró que se debería «alabar y bendecir a Jesús». Los jóvenes fueron los protagonistas de su discurso y se dirigió a ellos para recordarles que hay «niños que están sufriendo en el mundo».

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