Estudiar mucho tiene premio

  • A los universitarios que aprueben todo podría salirles gratis
  • En el caso de trabajar, bastaría con superar la mitad de los créditos
  • Sólo uno de cada diez estudiantes aprueba el curso completo

Pasar de tres a siete años en la universidad sale muy caro. No sólo para miles de estudiantes españoles, algunos de los cuales no tienen más remedio que compaginar las clases con ocho horas de trabajo cada día -otros, ni siquiera así pueden permitírselo-, sino también para el resto de contribuyentes españoles.

De hecho, cada estudiante de una universidad pública sólo financia alrededor del 10% de los gastos que conlleva su estancia. Teniendo en cuenta que el precio medio por cada curso es de cerca de 4.500 euros, podemos hacernos una ligera idea del enorme gasto en educación universitaria al que cada año hace frente el Estado y, por tanto, todos nosotros.

Hay un dato que empeora aún más la situación: actualmente sólo uno de cada diez estudiantes aprueba el curso completo a la primera (en las convocatorias de junio y septiembre). En algunas ocasiones ni siquiera se presentan a los exámenes.

Según el último informe de La universidad en cifras, de la Coferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) , de cada 100 créditos en los que se matriculan, sólo se evalúan en 80, de los cuales aprueban una media de 61. Al resto ni lo intentan. Eso se traduce en una pérdida de tiempo para ellos, pero también de dinero para todos.

Un incentivo para el éxito

¿Se trata de falta de motivación? ¿De disponibilidad? ¿De recursos económicos? Quizá una motivación económica les hiciese tomárselo más en serio y aprovechar mejor el dinero y el tiempo. Y eso es precisamente lo que ha pensado el Gobierno.

Entre las medidas para reformar la financiación de las universidades españolas, y de paso incentivar a los jóvenes estudiantes, está planeando premiar a los alumnos con buenos resultados académicos. Concretamente, devolver el dinero de la matrícula a aquellos estudiantes que aprueben el curso completo en una de sus dos convocatorias; es decir, junio o septiembre.

La ayuda va más lejos. Sería injusto que los estudiantes con pocos recursos económicos no tuvieran esta oportunidad, ya que el hecho de trabajar hace prácticamente imposible la posibilidad de aprobar todo a la primera.

Por eso, de salir adelante esta reforma, también se recompensaría con esta bonificación a los universitarios con contrato de trabajo en los casos en los que aprobasen la mitad del curso.

Esta medida, que sería financiada por la Administración Central y pretende implantarse a partir del próximo curso, está siendo examinada en estos momentos por una comisión de expertos del Consejo de Universidades y de la Conferencia General de Política Universitaria.

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