En la sede de la Fundación Barenboim-Said no hay descanso desde el domingo. De sol a sol se están realizando las audiciones para buscar nuevos talentos que se incorporen a la gira de la West-Eastern Divan que empezará en verano.

Un casting al que se presentan jóvenes músicos de todos los puntos y de todas las edades. «Este año son unos 300 candidatos, con una media de edad de 22 años, pero vienen desde niños de 11 años hasta músicos de 29 con experiencia», explica Muriel Páez, directora de la Fundación. «No compiten sólo con los chicos de aquí, sino con los que se han presentado en las otras audiciones en Damasco, Beirut, Aman, Tel Aviv, Jerusalén y Berlín», añade.

El tribunal, con solistas de la Staats Capelle de Berlín, les pide piezas de Schumman, Haydn, Mozart... para todos los instrumentos. Ayer tocaba violines, violas, chelos y contrabajos.

«No estoy nerviosa. Ya he hecho audiciones antes. Tocar en esta orquesta sería algo muy importante para mi», dice Estafanía, de Barcelona, que toca la viola y ha estudiado su carrera de música en Londres.

Adriana, de 25 años, toca el chelo. «Vengo de Salamanca, aunque estudié en EE UU. Me encantaría tocar aquí, sobre todo por el director, el tour que hacen...».

La West-Eastern celebra este año el X aniversario de su creación.

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