Así se ha expresado en declaraciones a Europa Press, a raíz del debate esta semana, en el Parlamento europeo, del informe sobre el nuevo plan de acción sobre Economía Circular. En más de 130 puntos, la Eurocámara pide que el plan de acción para la economía circular presentado por Bruselas sea más ambicioso y contemple objetivos vinculantes en materia de huella ecológica por el uso y consumo de materiales.

El director general ha coincidido con la idea de que la administración es quien debe "liderar y favorecer" este cambio, en un contexto en el que "ya están surgiendo numerosos proyectos privados" de circularidad. Porras sostiene que "el mercado ya dispone de tecnología lo suficientemente económica" para que las empresas se puedan plantear determinadas inversiones en la materia.

Además, el director general de Economía Social y Circular ha explicado que el Govern está trabajando en una estrategia autonómica de circularidad que creará un marco en este ámbito. En una región como Baleares, tendrá un importante peso el sector turístico, y en particular el hotelero.

Como ejemplos, Porras ha citado las oportunidades en la gestión de residuos como el potencial del producto local, los envases plásticos de productos químicos que se utilizan en hoteles o la gestión del agua de las piscinas.

"Nuestra idea es hacer de Baleares el primer destino turístico verde de Europa, y dentro de ese lema, el primer destino circular propiamente dicho", ha enfatizado. Con todo, también ha reconocido que "a nivel español y europeo falta desarrollo", y ha lamentado que la situación de pandemia haya hecho que estas cuestiones pasen a un segundo plano.

INICIATIVA DEL PARLAMENTO EUROPEO

En el informe que se ha discutido esta semana en el Parlamento europeo, la Eurocámara ha planteado objetivos vinculantes para 2030 de reducción de la huella ecológica por el uso y consumo de materiales, que cubra el ciclo completo de todas las categorías de productos comercializados en la Unión.

Para ello, los parlamentarios instan a Bruselas a presentar una propuesta legislativa en 2021, que amplíe el alcance de la directiva sobre diseño ecológico.

Según defiende el informe aprobado por el pleno, el objetivo es establecer estándares específicos para garantizar que los productos comercializados en la UE tengan un buen rendimiento, sean duraderos, reutilizables, reparables, no tóxicos, actualizables y reciclables.

La idea es contribuir al plan de economía circular de la Comisión, en línea con el objetivo de neutralidad climática marcado para 2050. Esto pasa porque los productos producidos en la UE contenga material reciclado y sean fabricados mediante un uso eficiente de recursos y energía.

REDUCCIÓN DE RESIDUOS

La iniciativa europea hace especial hincapié en la reducción de la generación de residuos y el aprovechamiento de los materiales. En 2018, en Baleares se recogieron 958.487 toneladas de residuos, de los cuales menos de una cuarta parte (220.972, un 23%) se recogieron de forma separada, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Ese mismo año, el gasto de las empresas de Baleares en protección ambiental fue de 4,1 millones de euros, según el Instituto de Estadística de Baleares (Ibestat). Prácticamente la mitad de este gasto se destinó a gestión de residuos (2 millones).