El abogado del joven acusado de matar con una catana a su hermana y a su padre, en su casa del barrio Girón, sostuvo que su cliente es un «enfermo mental» (psicosis esquizofrénica) que no ha tenido una vida normal y que ha estado 30 años con un «miedo atroz» a su padre.

Por eso justificó que estallase y se defendiera como un «animal enjaulado». Además, explicó al jurado que el progenitor tenía problemas con la bebida y sometió a la familia a un «continuo maltrato psicológico», informó Ical.

En contra de la acusación, que pide 40 años por los dos asesinatos, sólo admite que en junio de 2007 mató a su padre y asegura que éste había asesinado a la hermana.

Por eso, le considera autor de un homicidio y pide su absolución por la enfermedad que padece.

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