La presentadora de El programa de Ana Rosa y la reina indiscutible de las mañanas televisivas, Ana Rosa Quintana, también fue becaria.

"Aprendí mucho más que en los tres años que llevaba de carrera", asegura.

Luego vendría el parte telefónico, para el que había que tener "una buena dicción"; los informativos de madrugada en "la Inter", el Telediario de la última edición, su papel como corresponsal en Nueva York para Luis del Olmo en La Cope y las colaboraciones culturales para la revista Tiempo.

Una intrusa en el corazón

Pero su introducción en los programas de entretenimiento llegó con Veredicto (Telecinco), y en los espacios del corazón, con Extra rosa, algo que ahora recuerda como "un juego y una relación de amistad con Rosa Villacastín, con la que compartía tertulia".

Allí aprendió todo sobre la crónica del corazón, algo que, hasta entonces, desconocía por completo.

Además sostiene que le interesan "las personas que tienen algo que contar. El periodismo es curiosidad y contar historias, me da igual quien lo cuente".