Los bodegueros y empresarios del sector vinícola de Extremadura se muestran "muy preocupados" por la situación económica que están atravesando y se quejan de estar viviendo un año "catastrófico" por los problemas de financiación derivados de la crisis y la entrada en vigor de la nueva OCM del vino.

El sector pasa por uno de "sus peores momentos", ha señalado Diego Nieto García, propietario de la Bodega Romale.

En las últimas semanas, "algunas" de las bodegas emplazadas en Almendralejo se han visto obligadas a entrar "en concurso de acreedores" por problemas de financiación.

Algunas de estas bodegas son Inviosa-Lar de Barros, de la localidad pacense de Aceuchal, y la Bodega Ortiz, en Almendralejo, dijo.

Nieto García expuso que la nueva organización común del mercado del vino, acordada por los países de la Unión Europea, afecta "negativamente" a regiones como Extremadura y Castilla-La Mancha, porque el precio del vino a granel "está cayendo en caída libre", y ambas comunidades comercializan prácticamente la mitad de su producción sin embotellar.

Un sector con 22.000 trabajadores

Por su parte, el dueño de la Bodega Medina Hermoso y presidente de la Asociación de Empresarios del Vino de Extremadura, Antonio Medina, (la organización aglutina al 95 % de empresas vinícolas de la región) ha advertido que si no se toman medidas para ayudar a las bodegas son 22.000 los puestos de trabajos que pueden verse afectados a largo plazo.

"Estamos hablando de que peligran esos puestos de trabajo, peligra el esfuerzo de muchos años, la preparación de los jóvenes, el esfuerzo de generaciones se puede ir por la borda", lamentó desde su bodega en la localidad pacense de Medina de las Torres.