"La estoy escuchando diciendo esta frase: "Yo quiero ser actriz y famosa", explica la directora.

Sin embargo, todos son alabanzas para una niña "que no pasaba desapercibida", que "era la primera en apuntarse cuando se trataba de actividades que le gustaban, como representar obras de tetro".

Con su profesora de Geografía, Mari Loli, tenía sin embargo "un martirio" porque "se movía mucho, todo quería hacerlo rápido, bien pero rápido", evoca con una sonrisa.  Además, la Geografía no figuraba entre las asignaturas favoritas de Penélope. "Ella sabía que lo le gustaba. Y en las asignaturas que le gustaban, sobresalía. En las que no, lo hacía bien, pero no brillaba".

Por su parte Araceli elogia su "tesón, su dicción, su facilidad de movimientos y su buena pronunciación". Y recuerda a Alfonso, el niño que fue el primer amor de nuestra actriz más internacional.

Para su directora, es imposible no recordar no sólo a Penélope, sino "a todo el grupo" en el que Penélope se integró y del que también formaba parte Juan Diego Botto.  "Era un grupo sobresaliente, muy participativo, siempre ideando".

Cuando llegó a su escuela, donde la actriz permaneció hasta los 18 años, "estaba llena de ambición, de ganas de aprender, muy atenta.. quizá su mayor talento sea su intuición que le permite cazar al vuelo todo lo que tiene que aprender, es porosa", opina Rota.

"Todo lo que le pides, ella lo hace, lo experimenta sin dar antes muchas vueltas. Le gusta experimentar todo. Eso también seduce", continúa Rota, para quien el mayor triunfo de su ex alumna, con quien mantiene el contacto incluso profesional, es que "sigue creciendo".