El padre de Oliveira, Paulo Oliveira, confirmó a los periodistas que su hija ha regresado a su domicilio, lo que, confesó, "es un alivio para mí y un problema menos".
Sin embargo, dijo que la joven -de 26 años, abogada de profesión y residente en Zúrich- "sigue conmocionada".
¿Agresión o montaje?
Oliveira denunció ante la Policía suiza que fue atacada el pasado día 9 por un grupo de neonazis cuando se dirigía a su casa y que, debido a los golpes, sufrió un aborto en una estación de tren.
La noticia captó rápidamente la atención de la opinión pública de Brasil y movilizó a la clase política, en especial al Gobierno, que expresó formalmente su preocupación a las autoridades suizas por este caso.
Sin embargo, el asunto dio un giro cuando la Policía helvética reveló que expertos del Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Zúrich habían determinado que la brasileña se automutiló y que, además, no estaba embarazada en el momento de la supuesta agresión.
Los familiares de la denunciante informaron en Brasil de que sufrió más de cien pequeñas heridas cortantes y golpes por todo el cuerpo y denunciaron las connotaciones racistas del hecho.
Según el relato de la joven, tres cabezas rapadas la atacaron, le marcaron todo el cuerpo con un objeto cortante y le grabaron sobre la piel la siglas SVP, las iniciales en alemán del partido ultraderechista suizo.
Los delitos cometidos por integrantes de movimientos de extrema derecha aumentaron el año pasado más de un 21% hasta los casi 14.000, según informó la primera cadena de la televisión publica alemana (ARD) .
La cadena afirma que esa cifra de delitos supone un nuevo récord para Alemania.
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