Un operativo policial permitió localizar el 19 de noviembre a ambas personas por su implicación con la muerte del animal, han informado los Mossos este sábado en un comunicado.
La investigación ha determinado que cinco personas "podrían estar" implicadas en la muerte: una de ellas facilitaba información a terceros sobre los movimientos de Cachou, por lo que tenía acceso a los datos del GPS que llevaba.
Otra persona estaba "claramente vinculada" con organizaciones contra la liberación de osos en el Pirineu, y en varias ocasiones y de forma pública había manifestado que se podía matar a un oso con anticongelantes.
Los hechos se remontan al 9 de abril, cuando se encontró el cuerpo sin vida de Cachou en una zona con mucha pendiente, por lo que se apreció que habría podido morir al caer de un desnivel.
Pero tras practicársele la necropsia se comprobó la presencia de etilenglicol, un producto químico presente en altas concentraciones en los anticongelantes de vehículos, por lo que se confirmó que la muerte del animal fue por envenenamiento y se descartó que se produjera de manera casual.
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