Las personas con movilidad reducida de la mayoría de municipios con Cercanías no pueden acceder a los trenes, ya sea porque los convoyes son antiguos y tienen escaleras, ya sea porque los andenes quedan demasiado separados y Adif aún no los ha adaptado.

El hecho es que los Civia, un nuevo modelo con 2.000 plazas y un vagón adaptado, vuelven a circular una vez terminadas las obras de adaptación de los andenes de Passeig de Gràcia. Ahora bien, pese a que el convoy es accesible, la distancia con el apeadero hace imposible su acceso a las personas con movilidad reducida en muchos otros municipios.

Poblaciones como Gavà o Sitges esperan la remodelación total de su estación de ferrocarril, que anunció en diciembre Adif, el ente de Fomento que es el encargado de las obras.

Desde La Llagosta, otro de los municipios que espera la restauración, Dolors Iñíguez, madre de una adolescente con dificultades de movilidad, lamenta que «han arreglado Passeig de Gràcia porque hay turistas, pero a nosotros nadie nos hace caso». Ha elevado sus quejas a Renfe y Adif sin obtener respuesta.