El tira y afloja parece que va llegando a su fin. Hungría y Polonia, después de levantar muchos dolores de cabeza, ya parecen dispuestos a levantar el veto sobre el Presupuesto de la UE y sobre los fondos de recuperación para hacer frente a la pandemia. "Sabemos que la presidencia alemana está trabajando a destajo para lograr un compromiso y Polonia y Hungría decían que están en el buen camino para poder lograrlo", confirman fuentes consultadas por 20minutos. De todos modos, no está todo hecho. "Países Bajos y sus aliados serán duros de roer", cuenta Carolina Serrano, de Atrevia Bruselas.

Esta decisión podría poner en marcha los 750.000 millones de ayudas poscovid. Las conversaciones se han llevado a cabo por parte de los gobiernos de Orbán y Morawiecki con la presidencia alemana del Consejo. Con todo, no se conocen todavía detalles de cuáles han sido las claves para este desbloqueo.

Tanto este martes como el miércoles Hungría y Polonia ya avanzaron que las cosas iban "por el buen camino" y consideran que habrá pacto en las próximas horas. Eso sí, el Gobierno polaco puso el foco sobre Países Bajos y el resto de frugales que fueron, siguiendo sus palabras, los que buscaron que "el fondo fuera el mínimo posible". Con todo, la UE ya buscaba fórmulas para llevar adelante los fondos sin Hungría y Polonia, ya fuera  con un acuerdo intergubernamental o a través de la cooperación reforzada.

El mayor cisma, como es sabido por todos, está en el mecanismo del Estado de derecho, que en principio se vincularía tanto al MFP (un total de 1,8 billones) como al propio fondo de recuperación. Orbán y Morawiecki lo rechazan y lo consideran "un chantaje" por parte del a UE, puesto que la lupa está encima de ellos: medidas contra la independencia judicial, leyes autoritarias, persecución al colectivo LGTBI...

En cambio, una de las voces más 'conciliadoras' en este sentido ha sido la de Angela Merkel. La canciller alemana sostuvo en los últimos días que podría darse la posibilidad de que hubiera concesiones a ambos Ejecutivos para que se levantase el veto, algo que no gustó a todos los socios. Emmanuel Macron, en cambio, fue mucho más duro. Este escenario, de hecho, se da solo un día antes de una nueva cumbre del Consejo Europeo en Bruselas, convocada precisamente para analizar este asunto y el acuerdo del brexit.

De todos modos, el acuerdo tendría que ser refrendado por los gobiernos de los 27 primero, y por los líderes después, precisamente en la cumbre de esta semana. Es ahí donde el papel de los frugales (o del sur si el pacto no les convence) acabará siendo fundamental.