El consejo vecinal celebrado hace varias semanas acabó calentito. Los representantes de las asociaciones de vecinos salieron de la reunión con un mensaje claro: este año hay menos dinero para las fiestas de los barrios.

El Ayuntamiento ha decidido rebajar entre un 18% y un 20% la subvención que tradicionalmente se destina a cada asociación para sus tradicionales fiestas, una medida que ha llevado a muchos barrios a acortar la duración de los festejos.

Es el caso del Realejo, por ejemplo, donde «muy a las malas -se celebran a mediados de octubre- las dejaremos en un día, en lugar de tres», comenta su presidenta Carmen Nestares. Con los festejos del Sacromonte -a finales de agosto- ocurrirá algo similar, según su representante Antonio Ruiz.

Y es que este año los colectivos recibirán «unos mil y pico euros menos» de lo habitual -entre 6.000 y 8.000 euros-, añade Francisco Escobedo, de Haza Grande. La medida municipal, «comprensible» para la mayoría de asociaciones consultadas por 20 minutos, ha tenido un efecto inmediato en la programación de los festejos: «En nuestro caso las reduciremos a dos días -en septiembre- y sacrificaremos algunas actividades, pero no las de los niños», adelanta Escobedo.

En Casería de Montijo -le toca en junio-, su presidenta, Mª del Carmen Carmona, asegura que «se harán algunos cambios en la programación pero no se suprimirán porque son importantes para los vecinos».

La situación de Lancha del Genil es más complicada. Su presidente, Fernando Veredas, aboga este año por sacrificar los festejos «para poder sufragar las actividades, cursos de formación y talleres», que realiza la asociación, pero reconoce que es una medida «impopular» y que «al final, se harán aunque más cortas».

El Barranco del Abogado ya ha hecho las suyas: las próximas son en Lancha, San Ildefonso y en la Cruz.

Por distritos, no

La Concejalía de Participación ha planteado en varias ocasiones a los colectivos vecinales la posibilidad de hacer las fiestas por distritos en lugar de por barrios. Así ocurre en Genil, donde «nos va muy bien porque es una forma de ahorrar gastos», subraya José Martín, de la asociación de Bola de Oro.

Sin embargo, esta fórmula no convence a la mayoría de los colectivos «por la dificultad para encontrar una zona para celebrarlas que nos venga bien a todos», justifica Andrés Rodríguez, de San Ildefonso.

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