«Ciao Bellissime ¿Cómo estás? Con todo mi corazón, me encuentro bien. Te quisiera decir que siempre sueño contigo. Amo de impaciencia y te prometo estar cerca de ti». Esta es la carta de amor que Desirée, un preso de la Modelo, ha escrito para su pareja con motivo de San Valentín.

Escribir una carta a su pareja, familia o amigos les ha dado un respiro y les ha ofrecido la posibilidad de contactar con el exterior. «Aquí cuesta pasar el tiempo», explicaba ayer a 20 minutos Willy, un interno casado y con dos hijos que lleva preso 9 meses. «Voy a aprovechar para aprender catalán», explica.

David ha ido más allá y ha pedido en matrimonio a su novia, que los sábados y domingos se levanta a las 6.00 h para visitarle durante 20 minutos. Tiene derecho a dos encuentros vis a vis al mes. «Se pasa mal, pero te acostumbras», afirma.

Las cartas de amor están llenas de promesas y de nostalgia. Como la que firma Xabote: «Hola Hasna y Adlano. Estoy bien. Aprendiendo a leer y escribir. Ojalá salga pronto para veros. Muchos saludos para la niña». Con esta iniciativa de los profesores del centro, los internos han logrado traspasar las rejas y acercarse a los suyos.