Las entidades decidieron que no llevarán a sus consejos de administración, para su posible aprobación, el protocolo de integración propuesto desde el ámbito político.

Eso sí, las cajas afirman que a partir de ahora llevarán ellas la iniciativa y negociarán por su cuenta una posible integración la cual, por otro lado, no descartan para «reforzar la solvencia del sistema financiero regional», afirman.

En un comunicado emitido por la Federación de Cajas, apoyado por todas las entidades salvo por Cajacírculo, se pide además que se termine «por el bien de las entidades, con un debate que perjudica el negocio y deteriora la confianza».

A partir de ahora, las entidades de ahorro de la región se comprometen a negociar «con premura» una posible unión. Será con una perspectiva «exclusivamente profesional y desde la más absoluta independencia teniendo en cuenta que nuestro objetivo debe ser la viabilidad a largo plazo».

Por último, consideran que hubiera resultado imprescindible que el «valioso» consenso institucional se hubiera trasladado a otro consenso «no menos valioso» entre las propias cajas, según informa Europa Press.

Los políticos, con todo, lo ven bien

La Junta y el PSOE prefirieron ayer ver el vaso medio lleno y negaron que haya fracaso político. Por el contrario, dijeron que la decisión de las cajas de asumir ellas la negociación no se habría producido de no haberse alcanzado el acuerdo político. La Junta añadió que espera que las cajas trabajen ahora «intensamente».

Tres meses a vueltas con las cajas

Acuerdo PP-PSOE. El presidente de la Junta y el nuevo secretario regional del PSOE llegaron a un acuerdo para unir las decisiones importantes de Caja España, Duero, Segovia, Ávila, Burgos y Círculo. Lo presentaron el 30 de octubre de 2008.

Grupo Cajas Castilla y León. Así se iba a llamar la sociedad, que tendría consejo de administración propio. Se pondría en común el negocio mayorista (participaciones industriales, deuda, créditos, inversiones...).

Más apoyos. La semana pasada, PP, PSOE, CC OO, Cecale, IU y CESICA (UGT se desmarcó) escenificaron en las Cortes su respaldo a la integración, con el que se creaba un instrumento «para hacer comunidad».

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