Irán celebra el trigésimo aniversario del fin del exilio del ayatolá Jomeini

  • Jomeini estuvo exiliado durante 15 años en Bagdad y París.
  • Su vuelta a Irán en 1979 infundió ánimos en los alzados, que lograron la victoria diez días más tarde.
  • Al tributo acudieron el líder supremo de la revolución iraní, el ayatolá Ali Jameini, y el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.
Un iraní sostiene un retrato del ayatolá Jomeini, en una de las concentraciones hechas en memoria del líder de la revolución iraní. REUTERS
Un iraní sostiene un retrato del ayatolá Jomeini, en una de las concentraciones hechas en memoria del líder de la revolución iraní. REUTERS
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Un iraní sostiene un retrato del ayatolá Jomeini, en una de las concentraciones hechas en memoria del líder de la revolución iraní. REUTERS

Más de un millar de personas se han concentrado este sábado frente al mausoleo del gran ayatolá Rujola Jomeini, en el sur de Teherán, para rendirle tributo en el treinta aniversario de su regreso a Irán desde el exilio en París.

A la cita asistieron el líder supremo de la revolución iraní, ayatolá Ali Jamenei, y el presidente del país, Mahmud Ahmadineyad, quien ha subrayado que la revolución "está aún viva" y que nuevos retos le esperan en el futuro.

Esta poderosa revolución continuará hasta que haya justicia

"Tras treinta años, la revolución todavía vive. Estamos solo en el inicio del camino y grandes cambios se avecinan. Esta poderosa revolución continuará hasta que haya justicia", ha dicho el mandatario ante los cientos de militares, políticos y civiles que desde primera hora de la mañana invadían el recinto.

Jomeini regresó a Teherán el 12 de Bahman de 1979 del calendario lunar persa -que aquel año coincidía con el primero de febrero-, en olor de multitudes tras quince años de oposición a la monarquía desde el exilio, primero en Bagdad y después en París.

Su vuelta, precedida de varios meses de anarquía, disturbios, sangre y llanto, revitalizó a los alzados, que diez días más tarde clamarían victoria.

Desde primera hora de la mañana de hoy, una multitud con aire festivo comenzó a peregrinar hasta el imponente mausoleo, construido en los barrios meridionales de la capital.

El ayatolá vive y vivirá siempre en el espíritu de la revolución y de los iraníes

En el patio, una enorme fotografía de un anciano Jomeini bajando ayudado por un piloto del aeroplano presidía la llegada de los congregados.

Bandas militares tocaban música castrense y recitadores profesionales cantaban alabanzas en honor al hombre que capitalizó a la oposición laica y religiosa e inspiró el golpe que acabó con la monarquía del pro occidental último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahlevi.

"El ayatolá vive y vivirá siempre en el espíritu de la revolución y de los iraníes. Sus enseñanzas están todavía vigentes. No cederemos ante los prepotentes países que no quieren a Irán", manifestó uno de los manifestantes. Decenas de actos más han marcado el inicio de los fastos del treinta aniversario de la revolución, que se prolongarán durante los próximos

diez días y concluirán el 10 de febrero con una gran fiesta y un desfile militar.

Cientos de personas se congregaron en el aeropuerto de Mehrabad, donde el avión de Jomeini tomó tierra hace tres décadas ante una multitud que le esperaba expectante.

Además, el líder supremo rindió hoy tributo a los mártires de la revolución y a los caídos de la larga guerra entre Irán e Irak (1980-1988) en el famoso cementerio de Behesht-e Zahra, en el sur de Teherán.

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