¿Cómo cambiarán con Biden las relaciones entre la UE y EE UU?: "Conviene moderar las ilusiones"

El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, celebra el resultado de las elecciones, en Wilmington, Delaware.
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, celebra el resultado de las elecciones, en Wilmington, Delaware.
ANDREW HARNIK / EFE
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, celebra el resultado de las elecciones, en Wilmington, Delaware.

La victoria de Joe Biden en las elecciones de Estados Unidos ha abierto una nueva etapa. Pero conviene afrontarla con mucha cautela. De momento, hasta el 20 de enero Donald Trump seguirá siendo presidente y la duda sobre una transición pacífica sigue en el aire. Biden, en cambio, ya trabaja de cara a los próximos cuatro años, escoltado por una Kamala Harris que tendrá mucha visibilidad. La UE mira desde la distancia el "cambio" en EE UU, con optimismo algo contenido. En Bruselas saben que las cosas no van a pasar del negro al blanco porque haya un cambio de poderes en la Casa Blanca

Ahora que las elecciones estadounidenses han dado un resultado concluyente, no dejan de aparecer artículos sobre lo bueno que va a ser para la relación transatlántica la llegada de Biden a la Casa Blanca. Pues bien, "conviene moderar las ilusiones, aunque sea cierto que las perspectivas son manifiestamente mejores que si hubiera resultado reelegido Donald Trump", comenta a 20minutos Salvador Llaudes, Associate Fellow en el German Council on Foreign Relations (DGAP). 

"En primer lugar, conviene moderar las ilusiones porque el presidente saliente, Trump, va a hacer lo posible (e incluso imposible) por no perder su puesto. Así, por el momento no ha aceptado su derrota y ha comenzado una batalla legal en numerosos estados", aclara el experto. Su arma es la polarización y quiere que los suyos tampoco acepten la derrota. "Veremos si no ceden a los impulsos trumpistas". 

En segundo lugar, conviene moderar las ilusiones porque aunque se confirme la llegada de Biden a la Casa Blanca, "la agenda del presidente demócrata estará tremendamente cargada y la UE no será lógicamente su prioridad numero uno". Si bien es cierto que los impulsos de Biden son multilateralistas (en materia de sanidad o política climática, por ejemplo) y su política hacia la UE se parecerá más a lo que tradicionalmente "ha sido una política americana de alianza con sus aliados", ese no será un eje fundamental.

Al fin y al cabo sus prioridades estarán en casa, en la agenda doméstica". Una prioridad para la nueva administración será volver a coser la sociedad despolarizando la situación con los representantes republicanos será su gran (y tremendamente compleja) tarea. "Todo ello en un contexto coronavírico que conlleva una crisis sanitaria y económica sin precedentes en la época moderna". 

"Hay elementos de la política exterior americana que le disgustan a Europa y que no van a variar con Biden"

En tercer lugar, conviene moderar las ilusiones porque hay elementos de la política exterior americana "que le disgustan a Europa y que no van a variar con Biden": ejemplos de ello son una exigencia continua de mayor gasto en la defensa europea, una política comercial alejada de las prioridades europeas o una política en el ámbito tecnológico-digital que le obligue a Europa a posicionarse frente a China.

Hay que tener en cuenta también otro elemento: el brexit. La llegada de Biden al poder cambia los planes de Boris Johnson. Al premier británico no le incomodaba tanto una salida sin acuerdo porque sabía que tenía la vía de un gran pacto comercial con Estados Unidos. O con Trump, mejor dicho. Pero con Joe Biden será distinto. No habrá tantas concesiones ni tanta beligerancia contra la UE, y eso pone a Johnson en una posición delicada.

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