China y la UE llegan a un acuerdo para liberar los 80 millones de prendas chinas de las aduanas

Los millones de prendas chinas retenidas en las fronteras europeas se podrían liberar a lo largo de la semana que viene si los Veinticinco aprueban hoy el acuerdo logrado este lunes entre la Comisión Europea y Pekín.
El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, alcanzó un acuerdo con Pekín para resolver el problema de los cerca de 75 millones de prendas retenidas en las fronteras comunitarias al superarse las cuotas pactadas para este año.

El acuerdo supone que
la UE y China asumirán al 50% la carga de desbloquear la totalidad de las prendas retenidas, indicó el jefe de gabinete de Mandelson, Simon Fraser.

La Comisión Europea presentó ayer a los países, en Bruselas, los términos detallados del acuerdo pero los Veinticinco no se pronunciarán hasta hoy martes en una votación que
requiere la mayoría cualificada.

Fraser consideró que si los países dan su aprobación "de forma rápida" al acuerdo, se aprobaría una regulación de la Comisión Europea y
el desbloqueo sería "cosa de días, en algún momento de la semana próxima".

Mandelson consideró que el acuerdo es "satisfactorio y justo", y mostró su esperanza de que sea posible liberar "rápidamente" los bienes retenidos, según una declaración.

El mecanismo acordado contempla que la mitad de las prendas bloqueadas podrán entrar en el mercado comunitario
a cargo de la Unión Europea, es decir, a través de un incremento de las cuotas pactadas para 2005.
La otra mitad, la asumiría China, pues se liberarían a cuenta de una parte de los contingentes acordados para 2006 o bien empleando las cuotas pactadas este año para el tejido de algodón, pues hasta el momento sólo se ha cubierto el 40% de lo acordado en esta categoría.

Fraser destacó la importancia de que China haya accedido a emplear una parte de los contingentes de 2006, a lo que antes se oponía, pues implica que el crecimiento de las importaciones
será menor del 10% previsto y se situará entre el 7,5 y el 5%. Además, las autoridades de Pekín se han comprometido a no emitir más licencias de importación este año para las categorías en las que ya se han superado los límites.

La mayor parte de productos retenidos en las fronteras son
jerséis, pantalones y sujetadores, aunque también se han superado las cuotas, pero en menor grado, en blusas, camisetas, hilo de lino y vestidos.

En el caso de los jerséis (unos 48 millones retenidos), la mitad entrarán por un incremento de la cuota de este año y el resto se descontará de los contingentes de 2006 (unos diez millones) y por una transferencia de los límites para el tejido de algodón. Los pantalones (18 millones bloqueados) y sujetadores (11 millones) se cargarán a las cuotas del año próximo, y para el resto de productos se empleará la cuota aún no empleada en el algodón.

Fraser indicó que el compromiso cerrado con Pekín "
no es un trato perfecto desde el punto de vista europeo (...), pero dadas las actuales circunstancias es un logro bueno", ya que China ha accedido a compartir la mitad de la carga. El comisario de Comercio ya explicó la semana pasada que China no tenía la obligación de jurídica de hacer concesiones, pero dijo que confiaba en su buena voluntad.

Uno de los aspectos importantes señalados por Fraser es que el compromiso de hoy se enmarca en el acuerdo firmado por la UE y China el pasado junio, para
limitar hasta el 2007 entre un 8 y un 12,5% anual el crecimiento de las importaciones textiles del gigante asiático en diez categorías. Al mantenerse el acuerdo de Shangai, tal y como reclamaban con insistencia algunos países como España, se da "estabilidad" a productores, importadores y consumidores.

El acuerdo se negoció después de que en enero se liberalizara el comercio mundial de textiles, lo que supuso una
avalancha de prendas chinas que amenazaba a la industria productora comunitaria.

Mandelson reconoció a lo largo de estas semanas que se había producido una problema en la aplicación del acuerdo, por lo que se
ha decidido crear un grupo de trabajo formado por europeos y chinos para evitar la aparición de nuevos problemas.

Durante la época de negociación del acuerdo se produjo un
gran incremento de los pedidos europeos a China, que no se había previsto y que fue una de las causas del problema, señaló Fraser, quien indicó que hay "lecciones que aprender".

El comisario indicó este lunes que la UE y China no han tenido ni tendrán un "guerra" comercial, pues ambos se necesitan mutuamente para ayudarse a alcanzar sus intereses.
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