La 'fayona' de Eiros derribada por el viento: "No he muerto, sigo viva"

Una imagen del árbol antes de que el viento lo tirara
Una imagen del árbol antes de que el viento lo tirara
R. A
Una imagen del árbol antes de que el viento lo tirara

El fuerte viento que azotó el fin de semana la comarca suroccidental de Asturias arranzó la 'fayona' de Eiros , un árbol declarado monumento natural en abril de 1995.

El ejemplar, perteneciente a la familia Fagus sylvatica y con una edad estimada de más de 200 años, tiene una altura de 28 metros, una copa de 30 y un diámetro de tronco de 4,45 metros.

Este árbol monumental y centenario es un magnífico ejemplar de haya. Cunado se pensaba que estaba muerta, Los Verdes han hablado por ella: "No estoy muerta; estaba dormida y el aire me ha acostado. Me paso los inviernos durmiendo, con mis vasos rellenos de polisacáridos duros, que refuerzan mi albura, y que disolveré en primavera".

La 'fayona' afirma "me he caído porque el suelo se ha reblandecido con tanta agua y ha soplado mucho aire. Me he agarrado cuanto he podido, de hecho me he llevado el cepellón completo como si fuese un vulgar árbol de maceta".

Si no podéis, dejadme reclinada y seguiré con vosotros

Nuestro Monumento Natural tinetense afirma que "sigo viva, y
si me dejáis acostada, en primavera reverdeceré con las ramas que tengo hacia arriba, buscando la luz".

Aunque ya tiene una edad considerable para un haya,
goza de excelente salud y apuesta "por que
me levanten de nuevo y me
aseguren con grapas y vientos; si no pudiese ser,
dejadme reclinada, tal cual me
ha abatido el nordés, y seguiré con vosotros
hasta que mi ciclo termine"

 

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