¿A los 76 años le quedan retos y músicas por estudiar?

Me queda casi todo por hacer. Hace unos días asistí a una conferencia que dio mi hija en un simposio titulado: A través del Universo. En las conclusiones dijeron que apenas conocemos un 4% del cosmos. Pues bien, lo que yo sé de la música es más o menos el 1%, no llegará al 2%.

Atravesamos tiempos convulsos. Eso trae a la memoria a músicas o compositores de entreguerras como Shostakóvich. ¿La interpretación tiende ahora a la dureza y a la complejidad?

Por suerte, no sufrimos una guerra mundial, como él, aunque hay tantos conflictos armados locales que lo parece. De hecho, la convulsión de nuestra sociedad depende en gran medida de cómo se ha encogido todo. La globalización acorta las distancias. Hace no mucho tiempo, escribíamos una carta y esperábamos un mes hasta recibir la contestación. El telegrama y el teléfono aceleraron el tiempo. Hoy el mundo se ha convertido en una habitación.

¿Los acontecimientos de la actualidad propician cambios en la interpretación de las grandes obras clásicas?

Influye más el crecimiento espiritual de cada uno. No se toca lo mismo a los 20 años que a los 70, porque has vivido mucho más la música. El tiempo permite investigar sobre las posibilidades del piano. Encuentras recursos que desconocías. Cuando uno es joven, apunta hacia la velocidad y la potencia interpretativa. La parte íntima crece con la edad.

¿Con 50 conciertos al año, gana más que un torero?

No. Vamos a poner las cosas en su sitio. Algunos toreros perciben más en una corrida que yo en bastante tiempo.