Eugenia Martínez de Irujo no puede estar más feliz. Vive la que, sin duda alguna, es su etapa más tranquila y armoniosa. Todo encaja, incluso los sueños que sigue cumpliendo en un año especialmente raro. Este pasado fin de semana ha pasado, con nota, su primera exposición pictórica que tuvo lugar en la Galería Valverde de Madrid. Una sala que gestiona su sobrino Jacobo Fitz James Stuart y que acogió las 64 obras que Eugenia cedió para recaudar fondos para la Fundación Querer que preside Pilar García de la Granja.

La duquesa de Montoro no se lo pensó dos veces y no solo cedió parte de su colección, sino que colaboró activamente en el desarrollo del evento. Todos los cuadros -cuyo precio oscilaba entre los 300 y los 600 euros- fueron comprados por amantes del arte y conocidas celebridades como Mariola Orellana; la diseñadora Rosa Tous; el decorador Pascua Ortega; la actriz Cayetana Guillén Cuervo; Beatriz de Hohenlohe o Rachel Valdés, novia de Alejandro Sanz, que se quedó sin poder adquirir una de las muchas obras de inspiración asiática que descansaban en las paredes de la galería.

Tan buena acogida ha tenido la primera exposición de Eugenia que ya tiene sobre la mesa otras propuestas para mostrar su arte. 20Minutos ha podido saber que pretenden que exponga los cuadros que pintó hace años cuando todavía desconocía que tenía cierta soltura con los pinceles. También le han planteado reproducir algunos de sus trabajos -aquellos que representan los paisajes que veía desde las ventanas de su finca La Pizana- en objetos de venta al público. Aunque no descarta ninguna de las opciones planteadas, prefiere no lanzar campanas al vuelo y tomar distancia. Ser protagonista de la película todavía le resulta, sorprendentemente, una camisa incómoda de lucir.