El funcionario y el propietario de autoescuelas acusados de comerciar con las preguntas de los exámenes del carné de conducir, reconocieron ayer su culpabilidad en la primera sesión del juicio que se sigue contra ellos en la Audiencia de Albacete.

De cohecho y revelación de secretos está acusado el funcionario de la Jefatura Provincial de Tráfico Alfonso C.F., quien pasaba los exámenes a Miguel Ángel G.N., propietario de dos autoescuelas, Bugatti y Alba.

El fiscal pide penas de ocho años de prisión para el funcionario y de ocho años y medio para el dueño de las autoescuelas, más una multa de 50.000 euros a cada uno.

Alfonso ha reconocido que desde noviembre de 2003 a abril de 2004 informó a Miguel Ángel de los números de los cuestionarios que iban a salir en los exámenes, por lo que recibía a cambio unos 700 euros al mes. Ha afirmado, a preguntas del fiscal, que era consciente de que lo que hacía era delito y que se beneficiaba por ello, así como que obtuvo unos 5.000 euros en total.

Informes mensuales

Por su parte, Miguel Ángel ha reconocido que le fueron entregados los números de los exámenes a cambio de dinero en las fechas aportadas por Alfonso, con una periodicidad de "una vez cada mes y pico".

Preguntado por qué un gran número de alumnos de otras provincias se presentaban por sus autoescuelas para el examen teórico y después volvían a sus orígenes para examinarse del práctico, el acusado ha contestado: "Cada uno es libre de examinarse donde quiera".

Miguel Ángel ha concluido su declaración diciendo que se había dado cuenta de que tenía el mismo porcentaje de alumnos aprobados sin necesidad de que nadie le pasase información.

Según el escrito del fiscal, este fraude duró desde 1999 a 2005 y benefició a 2.034 alumnos que pagaban al dueño de la autoescuela 1.200 euros.

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