El fiscal solicita una pena de más de 75 años de prisión para un hombre de 33 años acusado de asesinar a un amigo de su ex mujer cuando estaban participando en una barbacoa con otros dos amigos y que, tras apuñalar a la víctima, intentó hacer lo mismo con los otros tres.

Según las conclusiones del fiscal, cuando Francisco L.M. se enteró de que su ex mujer iba a participar en agosto de 2007 en una barbacoa con una amiga y otros dos amigos en una finca de Torreblascopedro, se desplazó hasta allí con unos prismáticos para vigilar la cena. Cuando su ex mujer entabló conversación con uno de esos amigos,de su escondite y se dirigió a esa casa cogiendo un cuchillo.

El procesado llegó a la finca cuando la mujer y su amigo se dirigían a un coche y optó por abalanzarse sobre el hombre para asestarle "una puñalada tras otra, aumentando deliberadamente e inhumanamente el sufrimiento" hasta infringirle once heridas inciso contusas que le provocaron un shock hipovolémico, causándole la muerte.

Mientras se desarrollaba toda esta escena, la mujer intentó impedir la agresión, aunque lo único que consiguió fue recibir varios puñetazos en la cara, según estas mismas fuentes.

Escondido en una zanja

El fiscal relata que la mujer se refugió junto con su amiga dentro de la casa al tiempo que Francisco L.M. se dedicó a perseguir al otro hombre que participaba en la barbacoa "con intención de acabar con su vida", si bien no lo consiguió porque esta víctima huyó de la casa y se ocultó en una zanja.

Al no localizar al hombre, el acusado volvió a la casa en busca de las dos mujeres "con la misma intención de acabar con su vida" e intentó apuñalarlas en repetidas ocasiones, "no logrando su propósito por los ruegos y llantos de las dos". Así, acabó por obligarlas a que se subieran en un vehículo, sentándose la ex mujer delante y la amiga detrás, donde permaneció hasta que detuvo el coche y aprovechó para huir de allí.

Por tanto, en el coche ya solo se quedaron el procesado y su ex mujer, que estaba tan "aterrada" por lo que había pasado que no se movió. Durante el trayecto, el acusado intentó mantener relaciones sexuales con ella, extremo que no llegó a consumar gracias a los ruegos de ella, que acabó por convencerle de mantener la relación en un hotel.

Así fue como llegaron a un hotel de Madridejos, donde la mujer logró zafarse de él y, desde la recepción, avisar a la policía.

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