El día en qué el Gordo de la lotería cayó en Barcelona, Agustín Moral Fernández, que regentaba una administración en Terrassa desde hacía 27 años, se encontró con el hecho que Loterías del Estado le cerraba el negocio, porque su mujer había muerto sin que los diera tiempo a hacer el cambio de nombre.

Como cada 22 de diciembre, Agustín, de 57 años, acudió a la administración número 18 de Terrassa con la esperanza de que la suerte le sonriera y alguno de los números que había vendido para el sorteo de Navidad resultara premiado con cantidades millonarias.

La sorpresa con la que se encontró fue diferente: fue incapaz de poner en marcha la administración porque Loterías del Estado había decidido cerrar el establecimiento, que estaba a nombre de su mujer pero del cual toda la familia (matrimonio y dos hijos) habían vivido en 27 años. Su mujer, enferma de cáncer, había muerto el 28 de noviembre pasado

Marc Moral Rodríguez, hijo de Agustín, ha explicado que Loterías del Estado ha obviado completamente que la tramitación del cambio de nombre ya se había iniciado y que era voluntad de su madre, la titular, de llevar a término esta gestión.

No dejó testamento

"Mi madre ha muerto sin dejar testamento y Loterías del Estado ha aprovechado por cerrarnos la lotería, que es el negocio al cual mi padre ha dedicado su vida", ha lamentado Marc.

Marc asegura que el cierre del negocio se ha llevado a término "sin ningún tipo de advertencia ni nada", puesto que Agustín pudo llevar a cabo con normalidad la venta de billetes del sorteo de Navidad e incluso la devolución de los que no se habían vendido, el domingo, día 21. La situación económica de Agustín es más bien negativa puesto que debe hacer frente a la hipoteca del local, además de a las  facturas por el

Técnicos de Loterías del Estado tienen previsto acudir este mediodía a la administración de lotería, ubicada a la calle Transversal de Terrassa, para hacer el cierre definitivo del local.