El plan para aprobar un rescate por 14.000 millones de dólares de la industria automotriz de Estados Unidos se derrumbó este jueves, horas después de que se anunciara un principio de acuerdo.
El plan llegó a un punto muerto cuando los sindicatos de la industria automotriz rechazaron demandas republicanas de aceptar una reducción inmediata de salarios.
"Estoy terriblemente decepcionado", dijo Harry Reid, líder de la mayoría demócrata del Senado, quien había anunciado el acuerdo en principio que parecía dar nueva vida a los esfuerzos por encontrar una solución.
Un plan original fue aprobado el miércoles en la Cámara de Representantes (Congreso) con 237 votos a favor y 170 en contra, pero con el "sí" de sólo 32 legisladores republicanos.
En el Senado la propuesta sufrió un revés después de que el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, indicó que votaría en su contra.
Los demócratas sólo tienen 50 escaños en el Senado y necesitarían 60 votos para frenar las tácticas dilatorias de la minoría.
McConnell indicó que el mayor "defecto" del plan es que "promete dinero de los contribuyentes a cambio de reformas que pueden o no ocurrir mañana".
El plan está destinado a los tres princjupales fabricantes del país, General Motors (GM), Ford y Chrysler. GM es la que afronta la mayor urgencia, y Ford ha dicho que no usará los fondos a menos que empeore su situación.
Presiones
Hasta ahora han resultado infructuosas las presiones de la Casa Blanca para que los republicanos permitan someter el plan a votación en el Senado.
También el presidente electo, el demócrata Barack Obama, se sumó este jueves a las peticiones para que el Congreso apruebe el plan esta semana.
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