Además, y ya que la terminal 1 supondrá que el Prat duplique el número de establecimientos comerciales y de restauración actual, serán necesarios también dependientes y camareros. Para cubrir todas estas vacantes, el año que viene se impartirán 80 cursos para formar a unos 1.300 trabajadores que se incorporarán en cuanto se inaugure la T-Sur.
Los municipios que ayer firmaron un convenio con la Generalitat y que se beneficiarán de esta apertura serán Castelldefels, Gavà, El Prat, Sant Boi y Viladecans. Los ayuntamientos respectivos deberán hacerse cargo del plan formativo específico. «No tendremos en los próximos años empresas que hagan esta inversión y que generen tantos puestos de trabajo», auguraba ayer la consellera de Treball de la Generalitat, Mar Serna.
Ayuntamientos y Generalitat se comprometieron ayer a «mejorar las comunicaciones entre los municipios de la zona del aeropuerto», según se lee en un comunicado conjunto, para facilitar el traslado a los futuros 18.000 empleados del aeropuerto.
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