Un estudio de la organización ecologista Oceana y el Govern balear refleja que hay que extender el área de protección del Parque Nacional de Cabrera al hallarse unas 300 especies marinas y una docena de ecosistemas de primer orden en peligro tras investigar en 35 millas náuticas alrededor del archipiélago.

Oceana, en colaboración con la Agència Balear de l´Aigua, ha presentado el Estudio Bionómico de Cabrera en el que un robot marino ha inspeccionado 8.000 hectáreas de fondo marino junto al archipiélago encontrando al este un gran bosque de laminarias, formado por alga endémica del Mediterráneo-, protegida por la legislación internacional.

Gracias al catamarán Oceana Ranger, se han detectado importantes formaciones de coralígeno, fondos de maërl, jardines de gorgonias y algunas especies amenazadas, como el coral negro, coral rojo, la caracola tritón, la langosta y las esponjas naranja, oreja de elefante y arborescente.

Durante un mes, los buzos de Oceana, en el norte, sur y este de Cabrera, han hallado nidos de peces centracántidos (picareles y chuclas) y campos de ofiuras de cinco puntos que se concentran por miles sobre los fondos dentríticos.

Los arrastreros esquilman el fondo marino

El Govern balear, que próximamente se hará cargo de la gestión de Cabrera, tendrá en cuenta las advertencias de Oceana, dirigida por Xavier Pastor.

La organización advierte de la fuerte presión pesquera en el norte y este de Cabrera. Los arrastreros han hecho desaparecer parte de los fondos de laminarias, coralígeno y maërl.

Otra amenaza para la zona es la