En una nota, la delegada ha señalado que "la aplicación terrestre, dada la gran superficie a tratar, presenta varias desventajas: mayor coste económico, gran dificultad para realizar el tratamiento de forma coordinada y simultánea, y rápida reinfestación cuando las superficies no son grandes y no se tratan las parcelas colindantes", de forma que "se requeriría un mayor número de aplicaciones para intentar igualar a la eficacia del tratamiento aéreo en amplias superficies contiguas y se produciría un mayor impacto ambiental".
La aplicación aérea presenta "mayor efectividad", dado que "logra reducir drásticamente la presencia de la plaga en zonas amplias, y emplea una cantidad de insecticida muy inferior respecto a la aplicación terrestre". Además, "es posible la aplicación en grandes superficies y el riesgo toxicológico sobre los operarios es menor por reducir la exposición".
La mosca del olivo puede ocasionar importantes daños en las explotaciones, al tiempo que los altos índices de picada provocan la caída del fruto y mermas en la calidad de los aceites.
El tratamiento se llevará a cabo en unas 32.050 hectáreas, si bien la superficie concreta se determinará en función de la evolución y distribución de la plaga a lo largo de la campaña. En todos los casos se realizará sin que se produzcan efectos adversos para la salud humana o el medio ambiente.
La aplicación se llevará a cabo hasta el 31 de octubre. Las fechas estarán determinadas por la evolución de la plaga, que se irá observando mediante el establecimiento de diversos puntos de control con sus correspondientes baterías de trampas de muestreo.
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