Tienen una resolución judicial para poder ver a sus hijos pero no pueden hacerlo porque el Punto de Encuentro Familiar de Granada no da abasto. Medio centenar de familias de la provincia están en lista de espera para ser atendidos en este servicio, creado como territorio «neutral» para que los menores se relacionen con sus padres, madres o abuelos, cuando los adultos no se ponen de acuerdo. La que ocupa el primer lugar lleva un año aguardando su turno, ha explicado la coordinadora del centro, María José Ruiz.

Aunque este servicio ya sufría demoras de entre seis y nueve meses desde 2005, la situación ha empeorado ahora debido a la falta de medios.

«Los puntos de encuentro dependían de Igualdad hasta agosto, momento el que pasaron a la de Justicia», explica Ruiz. Con ese cambio, la nueva consejería retiró una subvención adicional de 4.000 euros mensuales que prestaba desde marzo de 2007 a estos centros y que se sumaba a los 135.000 euros anuales que recibía de Igualdad. Ahora sólo cuentan con esta partida. La merma en el presupuesto ha hecho que la plantilla del punto de encuentro de Granada baje de seis a cuatro personas. Cada mes reciben unos cinco casos nuevos que se ponen a la cola.

No pueden denunciar

Sin embargo, paradójicamente, las familias que se encuentran en lista de espera no pueden denunciar el incumplimiento de la resolución judicial que les permite ver a sus hijos, aunque ésta no se esté ejecutando, ya que, administrativamente, al estar en cola, está en servicio, asegura la coordinadora del Punto de Encuentro Familiar de Granada, María José Ruiz.

En lista de espera desde julio

T. J. Tiene 56 años y dos hijos menores.

"Hace un año que no veo a mis hijos"

T. F. recibió el verano pasado la resolución judicial que le permite retomar el contacto con sus dos hijos, de 13 y 11 años, pero aún no ha podido hacerlo. Forma parte de la lista de espera que tiene el Punto de Encuentro Familiar de Granada desde el pasado 5 de julio. Su estado de ánimo roza la desesperación. «Ya no puedo más, tengo una depresión muy grande porque hace un año que no veo a mis niños». Asegura que ha presentado quejas y reclamaciones «por todas partes» para que pueda ejecutarse lo dictado por el juez pero que nadie le da solución a su caso. Propone poder ver a sus hijos en un cuartel, si este servicio está saturado.

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