El secretismo que rodea a los Residents forma parte de su leyenda: llevan en el anonimato desde su formación, cuando una discográfica les devolvió su maqueta a la atención de «los residentes».

Desde entonces, este grupo de músicos y artistas tomaron el nombre para su proyecto. Su seña de identidad se convirtió en un gran globo ocular cubriendo la cabeza de cada uno de sus miembros (cuya identidad es un secreto mejor guardado que el de la Coca – Cola).

Su single de debut, Santa Dog, fue enviado por el propio a grupo a personalidades como Nixon o Frank Zappa.

Desde entonces, no han dejado editar discos (más de cincuenta) con una amplitud de registros que les ha llevado a reinterpretar en clave experimental a clásicos como Elvis o grabar discos conceptuales como The Third Reich’n’Roll.

El grupo, además, se atiene a la «teoría de la oscuridad», en base a la cual el arte debe permanecer alejado de las expectativas e influencias de la estructura social. A eso se suma una puesta en escena cercana a la performance.

El próximo 9 de diciembre, The Residents estarán presentando en Pontevedra su último trabajo, The Bunny Boy, con 19 canciones que giran en torno a «la locura, la obsesión y el Apocalipsis».

Las entradas cuestan 15 euros y se pueden adquirir de forma anticipada a través de www.caixanova.es .