El cónsul de españa en Lima confirmó posteriormente el fallecimiento de la joven, que pasó a engrosar la lista de víctimas mortales.
"El cielo se puso oscuro y el avión se movía como papel por la turbulencia, luego vino el impacto, junto a llamas de fuego, que fue seguido de un silencio sepulcral", dijo hoy Yuri Salas, uno de los supervivientes del avión que se estrelló el martes en la selva peruana. En el avión de la aerolínea peruana Tans viajaban 100 personas (93 pasajeros y siete tripulantes), de las que 41 murieron y 57 sobrevivieron.
El vuelo 204 de Tans, que cubría la ruta Lima-Pucallpa-Iquitos se estrelló a 20.12 GMT, tras un intento de aterrizaje forzoso que resultó frustrado a causa de las malas condiciones meteorológicas.
Los supervivientes del siniestro aéreo ocurrido el martes en la selva peruana narraron pasajes del drama y horror vividos durante la caída del avión en el que viajaban, convencidos de que el martes volvieron a nacer.
Tras estrellarse el avión, "alguien abrió un hueco entre los escombros de donde salieron dos italianas llenas de quemaduras, y luego yo; juntos pudimos pasar las aguas movedizas y los árboles espinosos", explicó Salas.
El superviviente dijo que después rezaron y lloraron juntos; "sabemos que hemos vuelto a nacer", concluyó.
En tanto, Tomás Ruiz, de 36 años y también pasajero del Boeing 737-200 de la aerolínea estatal peruana Tans que se dirigía a Iquitos, explicó cómo "empezó el tugurio y la tempestad; no se cómo aparecí encima de los fierros (fuselaje), no se cómo explicar que estoy con vida".
William Zea, quien tenía una mano ensangrentada y quemada, señaló que "el avión tuvo desperfectos y hemos caído; somos más de veinte heridos, la mayoría tiene quemaduras y fracturas".
La zona donde se estrelló el aparato forma parte de un escenario escabroso donde al fuselaje del avión se superponen los bosques tupidos y los cuerpos desmembrados de las víctimas.
El jefe de la Policía de Pucallpa, general Ariosto Obregón, que dirigió las operaciones para recuperar 41 cadáveres, dijo que "el avión está desintegrado y el rescate lo hemos hecho en una zona fangosa y de bosque tupido".
"El escenario es dantesco porque hay víctimas sin cabeza, sin brazos, ni piernas", añadió. Obregón informó de que debido al mal tiempo y a la noche cerrada se habían suspendido las operaciones de rescate hasta el miércoles por la mañana.
El contrapunto lo puso la joven Luz Saénz, de 13 años, quien declaró en el aeropuerto de Lima, de donde partió el avión siniestrado, que "en el último momento decidió cambiar el boleto que la llevaría a Pucallpa". Explicó que "el alivio por no estar en el avión se trocó por tristeza" al verse rodeada de los familiares de las víctimas en el aeropuerto limeño.
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