Aunque es de unos años a esta parte cuando el grafiti se ha normalizado tanto que ya no sorprende a nadie: hasta los museos se han rendido consagrándole exposiciones como la que el pasado verano tuvo lugar en la Tate londinense.

Sin embargo, no siempre ha sido así, y los sofisticados grafitis que ahora conocemos poco o nada tienen que ver con sus precursores.

Ya en los años 30, Brassaï se dedicó a fotografiar los grafiti que encontraba: grabaciones en árboles, pintadas en las paredes, marcas en el suelo… Brassaï iba tomando notas de cada uno de estos grafitis primigenios, anotando el lugar en que los encuontraba para esperar al momento y la luz idóneas de cara a fotografiarlos.

Además, acompañaba cada una las fotos de textos, y a su vez, agrupaba las fotografías en distintos bloques temáticos: Paredes, Rostros, Animales, Amor y Muerte.

GRAFITI. BRASSAÏ / Madrid / Hasta el 25 de enero / www.circulobellasartes.com